Escándalos en la élite militar china ponen a prueba a Xi

El Ejército chino experimenta la mayor desorganización de liderazgo en años tras el arresto o desaparición de altos cargos de la Comisión Militar Central.

  • 13 de agosto de 2025 a las 14:16 -
The New York Times

Por: Chris Buckley/The New York Times

TAIPÉI, Taiwán — En apariencia, el Ejército chino nunca ha sido tan fuerte. Sus buques de guerra alcanzan mayores distancias. Su fuerza nuclear aumenta en unas 100 ojivas por año. Sus vuelos militares alrededor de Taiwán son cada vez más frecuentes e intimidantes. Cada dos o tres meses, China da a conocer nuevas armas, como innovadoras barcazas de desembarco.

Sin embargo, internamente, el Ejército chino está experimentando la mayor desorganización de liderazgo en años. Tres de los siete puestos de la Comisión Militar Central parecen estar vacantes tras el arresto o la simple desaparición de algunos miembros.

Esta zozobra interna está poniendo a prueba el esfuerzo del Presidente Xi Jinping por construir un ejército leal, listo para el combate y totalmente bajo su control. Xi se ha fijado como objetivo el 2027 para modernizar el Ejército Popular de Liberación (EPL) y —dicen algunos funcionarios estadounidenses— tener la capacidad para invadir Taiwán, territorio que Beijing reclama como suyo.

La actual ola de investigaciones y destituciones ha afectado a algunos comandantes designados por Xi, sugiriendo problemas recurrentes en un sistema que tiene años intentando arreglar. Poco después de llegar al poder en el 2012, Xi emprendió una iniciativa para erradicar la corrupción en el Ejército e imponer un control más estricto, que culminó en una importante reorganización.

Lealtad absoluta

La ausencia más impactante en el liderazgo militar es la del General He Weidong. El segundo oficial de carrera de mayor rango en la Comisión Militar Central, el General He, ha desaparecido de los eventos oficiales, una ausencia inexplicada que sugiere que él también podría estar bajo investigación. Otro alto comandante, el Almirante Miao Hua, quien supervisaba el trabajo político, fue investigado el año pasado por “graves violaciones a la disciplina”, una expresión que a menudo se refiere a corrupción o deslealtad.

Ambos hombres habían ascendido con una rapidez inusual bajo el patrocinio de Xi. Que Xi haya perdido a ambos revela un grado inusual de zozobra en las altas esferas.

“Las purgas podrían haber afectado el funcionamiento de la burocracia. También pueden generar un mayor escepticismo sobre la preparación del Ejército chino dentro del liderazgo”, dijo Ely Ratner, ex Secretario adjunto de Defensa de EU.

Los máximos temores de Xi respecto al Ejército chino se derivan de dudas sobre preparación para el campo de batalla y la inquietud de que los comandantes puedan distanciarse de su lealtad absoluta hacia él y el partido. Xi podría aspirar a un cuarto mandato como líder del Partido Comunista en el 2027, y deberá reemplazar a los comandantes retirados o purgados con una nueva cofradía cuya devoción hacia él sea indudable.

Xi Jinping lleva mucho tiempo intentando erradicar la corrupción en el Ejército. Un retrato de Xi en un museo. (Gilles Sabrié para The New York Times)

Recientes declaraciones oficiales apuntan a un renovado impulso por reforzar el control ideológico. La Comisión Militar Central emitió en julio normas destinadas a “eliminar por completo las influencias tóxicas y restaurar la imagen y la autoridad de los oficiales políticos”. Columnas de primera plana en el Diario del Ejército de Liberación —el principal periódico del Ejército chino— exhortaron a los funcionarios políticos del EPL a mantener una lealtad absoluta.

No hay indicios de que la reciente zozobra en el Ejército constituya un desafío concertado a Xi. Pero incluso relativamente pocos casos de corrupción o malos manejos podrían erosionar la confianza entre Xi y sus comandantes, dijo Joel Wuthnow, investigador principal en la Universidad de Defensa Nacional en Washington que estudia al Ejército chino.

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Es probable que las purgas trastornen la coordinación, debiliten la confianza en los comandantes y causen que Beijing sea más cauteloso a la hora de considerar un ataque anfibio a Taiwán, escribió recientemente M. Taylor Fravel, profesor del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en la revista Foreign Affairs.

Sin embargo, la necesidad de actuar con firmeza en una crisis contra enemigos podría superar cualquier duda sobre la preparación para el combate, dijo Fravel en una entrevista. Si Xi considerara necesaria una guerra contra Taiwán, probablemente no dudaría en enviar sus fuerzas armadas a batalla, independientemente de las deficiencias en el alto mando, añadió.

Como para demostrar su determinación, Xi ha impulsado a las fuerzas chinas a realizar operaciones cada vez más demandantes, como los recientes ejercicios de dos portaaviones en el Pacífico occidental. “No hay postergación ni reducción detectable” en las operaciones navales chinas, afirmó Andrew S. Erickson, profesor en la Escuela de Guerra Naval de Estados Unidos.

©The New York Times Company 2025

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Staff NYTimes
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