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Texas realizará hoy su ejecución 500

  • 26 junio 2013 /

Una mujer negra será ejecutada con la inyección letal.

El estado de Texas, sur de Estados Unidos, se apresta a ejecutar hoy al condenado número 500 desde la reinstauración de la pena capital en el país en 1976, marcando un nuevo récord en una nación donde la aplicación de este castigo tiende a disminuir.

Salvo un aplazamiento de último minuto, Kimberly McCarthy, una mujer negra (52), será ejecutada por inyección letal en “Walls Unit”, una prisión de paredes de ladrillos rojos erigida en el centro de Huntsville. La ejecución de esta exdrogadicta, condenada a muerte por el brutal asesinato de una anciana en 1997 durante un robo en el condado de Dallas, está programada para las 6:00 pm.

En ese momento, los militantes en contra de la pena de muerte prevén manifestarse frente a los muros de la prisión, de más de un siglo de antigüedad.

Más de un tercio de las 1,336 ejecuciones que tuvieron lugar en el país desde el restablecimiento de la pena de muerte se realizaron en Texas, que retomó la práctica en 1982.

“Nos limitamos a aplicar las decisiones de la justicia”, explicó Jason Clark, portavoz del Departamento de Justicia de Texas, con sede en Huntsville.

“A pesar de este hito, esperamos que el número total de ejecuciones en EUA marque un nuevo descenso este año, y que las sentencias de muerte sigan disminuyendo”, dijo por su parte Richard Dieter, director del Centro de Información sobre la Pena de Muerte (DPIC, por su sigla en inglés).

En los corredores de la muerte de todo el país hay actualmente 3,125 presos. De ser ejecutada el miércoles, McCarthy se convertirá en la persona número 17 a la que se le aplicó esta pena en los seis primeros meses de 2013, contra 43 en 2012 y 2011, y 71 en 2002, el año pico.

Testimonio

De los presos que fueron ejecutados en Estados Unidos desde el restablecimiento de la pena capital, 142 condenados a muerte fueron liberados. Anthony Graves, un hombre negro de Texas, fue el número 138.

“Se llevaron 18 años de mi vida que jamás podrán devolverme”, contó Graves, (48), acusado falsamente del asesinato de seis personas, incluidos cinco niños, en 1992. “¿Cómo se puede recompensar a un hombre al que le han quitado tanto? Me deben todavía la oportunidad de criar a mis hijos, me robaron la capacidad de tomar decisiones libres”, declaró durante una entrevista realizada en Houston, donde “aprecia todas las pequeñas cosas de la vida” desde que salió de prisión en octubre de 2010.

Este padre de tres hijos fue condenado a muerte en 1994 tras ser nombrado sin pruebas por el autor de la masacre, un primo lejano. En 2000, el asesino confesó haber mentido, pero Graves permaneció preso 10 años más en su celda en Livingston, Texas, “el peor lugar imaginable, el infierno en estado puro, donde 24 horas al día, siete días a la semana, por 18 años y medio, pude sentir el caos, la tristeza y el sufrimiento”, recordó. AFP