La peor tormenta de arena en Australia en 70 años cubrió ayer la densamente poblada costa este con una nube de polvo rojo de la región semiárida del país, paralizó a medias el principal aeropuerto de la nación y causó tos a millones de personas.
Nadie resultó lesionado por el manto de arena que se precipitó durante la noche, ocasionando un extraño amanecer anaranjado en Sydney, pero los servicios de ambulancias reportaron un aumento en los llamados de emergencia de personas con dificultad para respirar y la Policía advirtió a los automovilistas que tuvieran cuidado en las carreteras.
Las nubes de polvo que soplaban desde el este en el seco interior de Australia -aún más árido debido a la peor sequía de la historia- cubrieron docenas de poblados y ciudades en dos estados, mientras fuertes vientos cogían rápidamente toneladas de capa superficial del suelo, las elevaban y transportaban cientos de kilómetros.
Vías alternas
Los vuelos internacionales fueron desviados de Sydney a otras ciudades -tres de Nueva Zelanda fueron devueltos- y los nacionales se sumieron en el caos, mientras las operaciones en el aeropuerto de Sydney eran reducidas debido a niveles de visibilidad inseguros.
La operación de transbordadores de pasajeros en el famoso puerto de la ciudad también fue detenida durante varias horas por razones de seguridad.
El polvo sobre Sydney se había despejado mayormente a media tarde, aunque la aerolínea nacional Qantas dijo que las demoras severas continuarían todo el día debido a vuelos desviados y salidas tardías. La arena seguía volando hacia el norte, sin embargo, el cielo sobre Brisbane, capital del estado de Queensland, estaba cubierto de polvo al caer la noche.
Las tormentas de arena -visibles ayer como una enorme mancha café en fotografías de satélite de Australia- son las más severas desde la década de 1940, dijeron expertos.
“Estaba más oscuro que en plena noche, eso duró media hora. No se veían ni siquiera los semáforos” en los cruces de calles, declaró un policía de Broken Hill. Los servicios meteorológicos habían publicado un parte de alerta a raíz de los fuertes vientos esperados.
En el estado de Nueva Gales del Sur -este-, del que Sydney es la capital, cayeron granizos del tamaño de “pelotas de cricket”. Más al norte, en el estado de Queensland se registran incendios forestales como consecuencia de un largo período de sequía.
El estado de Victoria, donde el martes se registraron dos sismos leves, que no causaron víctimas, fue afectado al mismo tiempo por lluvias diluvianas y se encuentra en estado de alerta por posibles inundaciones.