Taiwán.
Una niña de ocho años y tres adultos fueron rescatados con vida ayer de entre los escombros de un complejo residencial destruido por el fuerte terremoto que sacudió el sur de Taiwán, donde los supervivientes se interrogaban sobre posibles fallos de seguridad.
El sismo de magnitud 6,4 grados que afectó el sábado la isla causó 37 muertos. La mayoría perecieron al derrumbarse un complejo en la ciudad de Tainan, que comprendía cien viviendas. Ayer, seguían sepultadas un centenar de personas. Una niña de ocho años fue sacada de los escombros más de 60 horas después de la catástrofe, comprobaron periodistas de la AFP, que la vieron tumbada en una camilla.
Un hombre de 40 años fue también sacado de entre los cascotes con ayuda de una grúa. Los servicios de socorro cuentan que trataron durante 20 horas de sacarlo, sin éxito porque su pierna estaba atrapada. Finalmente pudo salir, pero le tuvo que ser amputada.
Los taiwaneses celebraban ayer, como muchos otros asiáticos, el inicio del Año del mono. En este periodo las familias suelen reunirse, y las autoridades creen que en el edificio derrumbado había más gente de la habitual.
Una niña de ocho años y tres adultos fueron rescatados con vida ayer de entre los escombros de un complejo residencial destruido por el fuerte terremoto que sacudió el sur de Taiwán, donde los supervivientes se interrogaban sobre posibles fallos de seguridad.
El sismo de magnitud 6,4 grados que afectó el sábado la isla causó 37 muertos. La mayoría perecieron al derrumbarse un complejo en la ciudad de Tainan, que comprendía cien viviendas. Ayer, seguían sepultadas un centenar de personas. Una niña de ocho años fue sacada de los escombros más de 60 horas después de la catástrofe, comprobaron periodistas de la AFP, que la vieron tumbada en una camilla.
Un hombre de 40 años fue también sacado de entre los cascotes con ayuda de una grúa. Los servicios de socorro cuentan que trataron durante 20 horas de sacarlo, sin éxito porque su pierna estaba atrapada. Finalmente pudo salir, pero le tuvo que ser amputada.
Los taiwaneses celebraban ayer, como muchos otros asiáticos, el inicio del Año del mono. En este periodo las familias suelen reunirse, y las autoridades creen que en el edificio derrumbado había más gente de la habitual.