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El peligroso negocio del robo de combustible en México

  • 06 junio 2017 /

Tepeaca se ha convertido en el hogar de los ladrones mexicanos de combustible.

Ciudad de México.

Un grupo de campesinos del centro de México observa inmóvil el paso de un convoy militar por sus campos de lechugas, coles y cebollas, mientras los uniformados les miran preguntándose quiénes de ellos son en realidad espías de las poderosas pandillas de ladrones de combustibles.

La dimensión del problema puede apreciarse en cifras: el número de tomas clandestinas pasó de 186 en 2012 a 2.683 hasta el 31 de marzo de 2017. El año pasado la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) descubrió 6.837 tomas, según cifras oficiales.

Este tipo de robo le ha costado unos 2.410 millones de dólares, explicó Carlos Murrieta, director de Transformación Industrial de Pemex.

A Mexican army soldier patrols a clandestine fuel siphoning area in Tepeaca, Puebla State, Mexico on May 26, 2017. Violent clashes between troops and suspected oil thieves have left a dozen dead, including several soldiers. / AFP PHOTO / ALFREDO ESTRELLA

El Ejército mexicano instaló un campamento en Tepeaca, para intentar controlar el robo de combustible en la zona.


Los hurtos adquirieron otra dimensión tras la liberalización de las gasolinas a principios de año cuando la más barata se situó en unos 0,87 centavos de dólar, mientras que en el mercado negro se compra por la mitad de un dólar.

Los que roban son los llamados 'huachicoleros' y forman una cultura con su propio 'niño Dios' --bidón y manguera en mano-- y música al estilo de los narcocorridos.

El epicentro del tráfico de combustible se encuentra en el municipio de Tepeaca, en el estado de Puebla. Por ahí pasa el poliducto que transporta diésel y gasolinas desde Minatitlán (Veracruz, este) hasta Ciudad de México y allí es dónde más roban los 'huachicoleros'.

Workers of state-owned oil giant PEMEX repair a leak in a clandestine fuel siphoning area in Tepeaca, Puebla State, Mexico on May 26, 2017. Violent clashes between troops and suspected oil thieves have left a dozen dead, including several soldiers. / AFP PHOTO / ALFREDO ESTRELLA

Trabajadores de Pemex trabajan para reparar una fuga en uno de los ductos del gigante petrolero.


Tepeaca y otros cinco municipios conforman el 'Triángulo Rojo', controlados a punta de armas por dos peligros delincuentes: 'El Toñín' y 'El Bukanas', ambos relacionados también con el tráfico de drogas.

El peligro detiene a pocos, porque robar combustible es muy lucrativo.

Los 'picadores' ganan 10.000 dólares por perforar el grueso poliducto en menos de 20 minutos y hasta 8.000 dólares por sostener la manguera mientras se llenan los contenedores de una camioneta que puede cargar hasta 4.000 litros.

Los niños llegan a cobrar hasta 500 dólares al mes por dar la voz de alarma cuando se acerca la policía o el Ejército.

Los 'huachicoleros' instalan puntos de venta en cualquier sitio. Venden al menudeo y al por mayor, a veces a plena luz del día cerca de carreteras. Pemex cerró el 18 de abril siete gasolineras por vender combustible robado.

'No es una nuestra labor'

En Tepeaca hay un campamento militar que tiene drones, helicóptero, avioneta y sistemas computarizados que vigilan la presión de los ductos durante la transportación. Si hay un contratiempo, se emite una alerta sonora y se despliega una antena de 25 metros con sensor, detector de calor y visión nocturna con un alcance de doce kilómetros.

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Uno de los militares considera que gran parte del problema son las policías estatales y municipales es que no han hecho trabajo preventivo.

'No es nuestra labor perseguir a los delincuentes', añade el militar durante el recorrido. En 2015 fueron detenidos el director de la Policía Estatal y su Jefe de Operaciones Especiales, acusados de estar involucrados en el robo de combustible.

'El robo de combustible no debe tratarse como cualquier otro robo. Nos gustaría que fuera considerado como más grave. Involucra mucho a la sociedad, destruye el tejido social, es un delito muy grave', afirma Murrieta tras lamentar que la pena máxima que se ha alcanzado para un 'huachicolero' es de 8 años de prisión.