25/04/2024
02:29 AM

Rebelión contra monumentos racistas en varias partes del mundo

En eeuu, las personas que han protestado por la muerte de george Floyd también exigen desmantelar las estatuas de personajes proesclavistas. En reino unido y bélgica se levantan contra los “héroes” de su pasado colonial.

    WASHINGTON/LONDES.

    Las protestas por la justicia racial en EEUU aumentan la presión para el retiro de los monumentos a la Guerra Civil del proesclavista Sur. Ya se desmantelaron varios monumentos y se programa el desmonte de otros.

    El debate sobre qué hacer con los símbolos de la Confederación ha estado en la palestra en los últimos años y llegó a su punto de ebullición con la muerte de George Floyd, el afrodescendiente asesinado por un policía blanco en Minneapolis el 25 de mayo.

    Parte de la ira de los manifestantes se dirigió contra los monumentos de la Confederación, considerados por muchos estadounidenses como un legado racista. El gobernador de Virginia, Ralph Northam, anunció el jueves que una estatua del general Robert E. Lee en Richmond, la capital de la Confederación durante la Guerra Civil (1861-1865), será retirada “tan pronto como sea posible”.

    “Sí, esa estatua ha estado allí durante mucho tiempo, pero estaba mal entonces y está mal ahora. Así que la vamos a quitar... En 2020 ya no podemos honrar un sistema que se basaba en la compra y venta de personas”, dijo el gobernador demócrata.

    Pero un juez bloqueó temporalmente la retirada de la estatua, debido a la demanda interpuesta por un residente de Virginia que pretende que se mantenga el monumento.

    Lee sirvió como comandante del Ejército de Virginia del Norte durante la Guerra Civil entre el Norte y el Sur pro-esclavista.

    En la ciudad sureña de Mobile, Alabama, una estatua del almirante confederado Raphael Semmes fue removida el viernes 5 de junio durante las manifestaciones. “Mover esta estatua no cambiará el pasado”, dijo el alcalde de Mobile, Sandy Stimpson.

    Manifestantes protestan cerca de la estatua del general Robert E. Lee, en Richmond, Virginia. Este estado tiene el mayor número de monumentos que honran a la Confederación sureña y sus comandantes militares en una guerra que mató a más de 620,000 soldados entre 1861 y 1865.

    Lee bajado de su pedestal

    En Montgomery, Alabama, los manifestantes tiraron el lunes una estatua de Lee de su pedestal.Pero el repudio a los monumentos que recuerdan el pasado esclavista no es nuevo.

    En agosto de 2017, una mujer murió cuando un nacionalista blanco embistió su auto contra una multitud de manifestantes en Charlottesville (Virginia). La reunión se daba en oposición a los supremacistas blancos que protestaban contra los planes de retirar un monumento a Lee de un parque público. La violencia desatada ese día dio nueva vida a una campaña para eliminar los símbolos de los Confederados del Sur, que cobró impulso por primera vez tras los asesinatos en junio de 2015 en Carolina del Sur de nueve feligreses negros a manos de un supremacista blanco.

    Los defensores de preservar los símbolos confederados argumentan que recuerdan una orgullosa herencia sureña.

    El presidente Donald Trump ha condenado la eliminación de estatuas confederadas al considerarlas “una tontería” y ha afirmado que la cultura y la historia del país están siendo “desgarradas”. La mayoría de los cientos de monumentos confederados se erigieron durante la era de la segregación racial de Jim Crow, en respuesta al movimiento de derechos civiles, según historiadores.

    La estatua de un negrero en reino unido

    Los manifestantes contra el racismo en el Reino Unido, indignados por la muerte de George Floyd, están decididos a eliminar los símbolos del pasado colonial británico tras el espectacular derribo de la estatua de un traficante de esclavos en Bristol. Se trata de Edward Colston.

    El martes 9 de junio, coincidiendo con el entierro de Floyd al otro lado del Atlántico, miles de británicos protestaron en Oxford ante la estatua de Cecil Rhodes, un magnate minero y político colonial, activo en Sudáfrica durante el siglo XIX. Los manifestantes gritaron “¡Abajo con él!” y “¡Descolonización!” y colgaron pancartas del movimiento Black Lives Matter ante la estatua.

    En 2016, ya se organizaron protestas contra la efigie de Rhodes que adorna un edificio del Oriel College en ese renombrada ciudad universitaria. Los activistas no lograron su propósito, pero ahora se ven alentados, después de que el domingo 7 de junio un grupo derrumbara la estatua de Edward Colston, un comerciante de esclavos de finales del siglo XVII, en Bristol. La estatua de quien financió numerosas instituciones en esa ciudad del suroeste de Inglaterra con pasado colonial, fue arrancada de su pedestal y tirada al río, desatando un debate a nivel nacional.

    “Ha llegado la hora de un debate honesto nacional sobre el legado del colonialismo”, tuiteó la diputada del opositor Partido Laborista Layla Moran, que pidió desmantelar la estatua de Cecil Rhodes, un “supremacista blanco que no representa los valores de Oxford en 2020”.

    Esta lucha está siendo emulada en otros lugares del Reino Unido, como en Gales, donde se han lanzado campañas contra los monumentos que honran a un general del ejército británico que luchó en las guerras napoleónicas, Thomas Picton, infame por su trato a los esclavos en el Caribe. En Edimburgo, Escocia, la estatua del político Henry Dundas, que trabajó para retrasar la abolición de la esclavitud, también resulta problemática.

    El pasado colonial belga

    La muerte de Floyd también reabrió el debate sobre la violencia durante la colonización belga del Congo y la responsabilidad del ex rey Leopoldo II, cuyas estatuas son el blanco de la cólera de los activistas antirracistas.

    El martes 9, el ayuntamiento de Amberes retiró una de esas estatuas de una plaza de la ciudad portuaria para trasladarla a los fondos del Museo de Middelheim y donde se quedará “probablemente”, según el vocero del burgomaestre Bart De Wever.

    La talla, que representaba al monarca con su larga barba, fue atacada la semana pasada, como otras en el resto del país. Además de incendiada, la escultura fue recubierta de pintura roja para simbolizar la sangre vertida por los congoleños.

    Inglaterra. Un grupo de personas derrumbó la estatua de Edward Colston, un comerciante de esclavos de finales del siglo XVII, en Bristol.
    Apodado el “rey constructor”, el soberano entre 1865 y 1909 es un “héroe para algunos, pero tambi?n un verdugo”, “mató a más de 10 millones de congoleños”, asegura el grupo “Reparemos la Historia”, cuya petición sobre las tallas de Bruselas recabó 64,000 firmas.

    El Congo fue durante mucho tiempo la propiedad privada del segundo rey de los Belgas, que recurrió al trabajo forzado para que los nativos extrajeran el caucho, apunta el congoleño Jean Omasombo, investigador del Museo Real de África Central en Tervuren, cerca de Bruselas.

    Más de 440 referencias al pasado colonial existen en Bélgica, según un censo del historiador estadounidense Matthew Stanard.

    Comité Olímpico de EEUU pide perdón a los atletas negros

    La direccióndel Comité Olímpico y Paralímpico de EEUU (USOPC) dijo que se equivocó al no escuchar las protestas de sus atletas contra el racismo y se comprometió a defender ese derecho.

    La posición de la USOPC respecto al derecho de protesta fue cuestionada después de que en 2019 amonestara a los atletas Gwen Berry (lanzamiento de martillo) y Race Imboden (esgrima) por manifestarse en el podio de los Panamericanos de Lima 2019.

    “El dolor experimentado por los atletas negros y por la comunidad negra - en las últimas semanas y durante demasiado tiempo antes del asesinato de George Floyd - es inadmisible”, escribió Sarah Hirshland, directora ejecutiva del USOPC.

    “Durante décadas han hablado de igualdad y unidad y han sacrificado su momento en el podio para pedir un cambio... y no hemos escuchado, hemos fallado en escuchar y tolerar el racismo y la desigualdad. Lo lamento. Merecen más”, dijo.

    19 de junio, feriado en Twitter por el fin de la esclavitud

    La direccióndel Comité Olímpico y Paralímpico de EEUU (USOPC) dijo que se equivocó al no escuchar las protestas de sus atletas contra el racismo y se comprometió a defender ese derecho.

    La posición de la USOPC respecto al derecho de protesta fue cuestionada después de que en 2019 amonestara a los atletas Gwen Berry (lanzamiento de martillo) y Race Imboden (esgrima) por manifestarse en el podio de los Panamericanos de Lima 2019.

    “El dolor experimentado por los atletas negros y por la comunidad negra - en las últimas semanas y durante demasiado tiempo antes del asesinato de George Floyd - es inadmisible”, escribió Sarah Hirshland, directora ejecutiva del USOPC.

    “Durante décadas han hablado de igualdad y unidad y han sacrificado su momento en el podio para pedir un cambio... y no hemos escuchado, hemos fallado en escuchar y tolerar el racismo y la desigualdad. Lo lamento. Merecen más”, dijo.