Bruselas, Bélgica.
Mientras los líderes del mundo se reunían para debatir sobre seguridad, sus acompañantes gozaron de el programa paralelo para consortes lejos de la OTAN y que ha transcurrido entre museos, tiendas de lujo y el Palacio Real.
Sin duda, Melania Trump y Brigitte Macron destacaron entre las primeras damas asistentes a la cumbre; sin embargo, un hombre se robó la atención en esta reunión que tradicionalmente está dirigida para las mujeres de los presidentes y primeros ministros del mundo: se trata del marido del primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel.
Gauthier Destenay es el esposo del único primer ministro del mundo que es abiertamente gay. Los dos hombres se casaron en 2015, justo después de que Luxemburgo legalizara el matrimonio homosexual.
Visitan un museo
Las consortes disfrutaron de una visita privada al museo Magritte, dedicado al surrealista belga mas famoso, una obra de la que la primera dama de EUA ya era 'buena conocedora' y 'entusiasta', según explicó a Efe el director de los museos reales de Bélgica, Michel Draguet.
'Melania ya había visto obras de Magritte antes porque el secretario de Estado de Comercio de Trump es uno de los principales coleccionistas del pintor', añadió.
En esa visita estuvo también la mujer del primer ministro de la Eslovenia natal de Melania Trump, Mojca Stropnik, con la que también se la vio departir.
Según contó a Efe el director de los museos reales de Bélgica, en el interior del mismo 'había un ambiente muy 'cool', un poco de 'team building', se notaba que estas mujeres y hombre tenían ganas de conocerse porque van a coincidir en el futuro en muchas ocasiones'.
Varios centenares de personas se congregaron en las cercanías del Magritte para ver de cerca a las primeras damas, que llegaron con un gran dispositivo de seguridad que sorprendió a turistas y vecinos.
Al finalizar la visita al museo, la esposa de Macron se saltó el protocolo de seguridad para corresponder al saludo de algunos de los que la aclamaban.
Más fría fue la llegada y salida de Melania Trump, con un despliegue de coches oficiales y seguridad que levantaron varios 'Oh là là' entre los pacientes espectadores.
La primera dama de EUA se quedó, sin embargo, y sin que hayan trascendido las razones, fuera de un plan que a priori parecía diseñado por el Ejecutivo belga a su medida, la visita a la boutique del especialista en cuero Delvaux, que se fundó en 1829 y presume de ser la casa de marroquinería de lujo más antigua del mundo.
Para que Melania Trump y el resto de consortes pudieran disfrutar de un rato de asueto y compras, se había cerrado al tráfico de vehículos y peatones la acera y el lateral de la céntrica Chaussée de Waterloo.
Para finalizar, los consortes cenan junto a la reina de los belgas, Matilde, en el Palacio de Laeken, donde tomarán una foto de familia antes de que tanto Donald Trump como otros líderes viajen a la reunión del G7 en Sicilia (Italia).
Mientras los líderes del mundo se reunían para debatir sobre seguridad, sus acompañantes gozaron de el programa paralelo para consortes lejos de la OTAN y que ha transcurrido entre museos, tiendas de lujo y el Palacio Real.
Sin duda, Melania Trump y Brigitte Macron destacaron entre las primeras damas asistentes a la cumbre; sin embargo, un hombre se robó la atención en esta reunión que tradicionalmente está dirigida para las mujeres de los presidentes y primeros ministros del mundo: se trata del marido del primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel.
Gauthier Destenay es el esposo del único primer ministro del mundo que es abiertamente gay. Los dos hombres se casaron en 2015, justo después de que Luxemburgo legalizara el matrimonio homosexual.
Destenay es el primer caballero de ese país y gozó del programa dedicado para los consortes y hasta posó para la fotografía oficial que rápidamente se volvió viral.
La fotografía oficial de el y las consortes llamó la atención.
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Visitan un museo
Las consortes disfrutaron de una visita privada al museo Magritte, dedicado al surrealista belga mas famoso, una obra de la que la primera dama de EUA ya era 'buena conocedora' y 'entusiasta', según explicó a Efe el director de los museos reales de Bélgica, Michel Draguet.
'Melania ya había visto obras de Magritte antes porque el secretario de Estado de Comercio de Trump es uno de los principales coleccionistas del pintor', añadió.
En esa visita estuvo también la mujer del primer ministro de la Eslovenia natal de Melania Trump, Mojca Stropnik, con la que también se la vio departir.
Según contó a Efe el director de los museos reales de Bélgica, en el interior del mismo 'había un ambiente muy 'cool', un poco de 'team building', se notaba que estas mujeres y hombre tenían ganas de conocerse porque van a coincidir en el futuro en muchas ocasiones'.
Varios centenares de personas se congregaron en las cercanías del Magritte para ver de cerca a las primeras damas, que llegaron con un gran dispositivo de seguridad que sorprendió a turistas y vecinos.
Al finalizar la visita al museo, la esposa de Macron se saltó el protocolo de seguridad para corresponder al saludo de algunos de los que la aclamaban.
Más fría fue la llegada y salida de Melania Trump, con un despliegue de coches oficiales y seguridad que levantaron varios 'Oh là là' entre los pacientes espectadores.
La primera dama de EUA se quedó, sin embargo, y sin que hayan trascendido las razones, fuera de un plan que a priori parecía diseñado por el Ejecutivo belga a su medida, la visita a la boutique del especialista en cuero Delvaux, que se fundó en 1829 y presume de ser la casa de marroquinería de lujo más antigua del mundo.
Para que Melania Trump y el resto de consortes pudieran disfrutar de un rato de asueto y compras, se había cerrado al tráfico de vehículos y peatones la acera y el lateral de la céntrica Chaussée de Waterloo.
Para finalizar, los consortes cenan junto a la reina de los belgas, Matilde, en el Palacio de Laeken, donde tomarán una foto de familia antes de que tanto Donald Trump como otros líderes viajen a la reunión del G7 en Sicilia (Italia).
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