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El plástico desplaza la vida marina

  • 22 julio 2017 /

En 33 años habrá en el mar más plástico que peces. Además, para esa fecha, el 99% ya habrán comido ese material artificial.

Ciudad de México.

Al ritmo con el que se tiran los envases, botellas y bolsas de plástico en los océanos, en 33 años habrá más toneladas de este material en el mar que peces.

Las estimaciones también indican que, para ese tiempo, alrededor de 99% de las aves marinas habrá consumido desechos plásticos.

La producción de plásticos a nivel mundial se ha multiplicado por 20 desde 1964, alcanzando 311 millones de toneladas en 2014, según el informe “La nueva economía de los plásticos: repensar el futuro de los plásticos” de la Fundación Ellen MacArthur.

“Se espera que vuelva a duplicarse en los próximos 20 años y casi se cuadruplicará en 2050”, apunta el reporte.

Cada año, por lo menos 8 millones de toneladas de estos desechos llegan a los mares. Según el estudio, actualmente hay una tonelada de plástico por cada 3 toneladas de peces, y para 2050, habrá 4 toneladas de plástico por la misma cantidad de peces, pues considera que su población se mantendrá por la autorregulación del ecosistema.



Se confunden

Los residuos son confundidos por los animales marinos como comida, ya que el material empieza a desintegrarse en pequeños pedazos. “Algunos peces de importancia comercial sólo comen microplástico (piezas de menos de 5 milímetros) e ignoran la fuente de alimento natural que es el zooplancton”, indica Francisco Solís, investigador de la unidad académica de Ecología y Biodiversidad Acuática del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Unam. “Presentan un crecimiento atrofiado”, añade, “los huevecillos ya no tienen el mismo éxito reproductivo, las larvas se mueren antes de eclosionar”.

Si se logran, los peces muestran un comportamiento anormal; no migran, siempre se quedan en el mismo lugar. Además, si se comercializan para el consumo humano, podrían carecer de nutrientes e incluso resultar dañinos.

“El poliestireno y estireno, componentes del plástico, atraen otros contaminantes que se fijan a él y lo hacen como una fuente de transporte para sustancias químicas, ese es el grave problema. “Las propiedades de estos plásticos pueden ser cancerígenos para los humanos”, advierte el especialista.

Para Kahi Piccaro, director de la organización Sustainable Coastlines Hawaii, la solución está en evitar el uso del plástico y de artículos desechables.

“La mayoría de la basura proviene de la línea de costa, pero también de miles de kilómetros. Son plásticos que usamos todos los días como botellas de agua, cubiertos de plástico, empaques de pasta de dientes, suelas de zapatos, y todo eso puede terminar en el estómago de las ballenas”, aseguró Piccaro, quien coordina limpieza de playas, programas educativos y campañas de concientización en Hawaii. Reciclar, consideró, es la respuesta temporal para la basura, mientras cambiamos los modelos de consumo.



Le declaran la guerra

A principios de año, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró la guerra a los plásticos que inundan los océanos por los estragos que causan en la vida marina, la pesca y el turismo, y generan un costo de alrededor de ocho mil millones de dólares.

El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), con sede en Nairobi, lanzó una iniciativa mundial para eliminar en 2022 las principales fuentes de la contaminación marina, como son los microplásticos contenidos en productos cosméticos y el despilfarro de artículos descartados con un solo uso.

Presentada en la Cumbre Mundial de los Océanos, organizada por The Economist en la ciudad indonesia de Bali, la campaña #MaresLimpios urgió a los gobiernos e industrias a diseñar políticas para reducir el uso de plásticos, con el fin de minimizar los envoltorios de ese material y de rediseñar el empaquetado, y a los consumidores, para cambiar sus hábitos de descarte, antes de que haya un daño irreversible.