El presidente de Estados Unidos (EE.UU.), Barack Obama, fue invitado a comprobar las consecuencias del bombardeo atómico estadounidense en las ciudades japonesas de Nagasaki e Hiroshima de hace 70 años.
El alcalde de Nagasaki, Tomihisa Taue, extendió la invitación al mandatario estadounidense y a otros líderes de las potencias nucleares como un intento para que las naciones hagan “todos los esfuerzos a fin de que no haya armas nucleares en el mundo” y agregó que tienen “la fuerza para garantizar la paz sin guerras ni armas nucleares'.
Sin embargo, en días previos a la invitación, el portavoz presidencial, Josh Earnest, aseveró 'que el hecho de que [Obama] no haya ido ni a Hiroshima ni a Nagasaki en ninguno de sus tres o cuatro viajes a Japón (…) da una idea de la postura del presidente y su equipo sobre este asunto'.
INTERACTIVO. ¿Qué pasa si su ciudad es alcanzada por una bomba atómica?
En cambio, recordó que EE.UU. sí envía funcionarios de rangos inferiores a los eventos en homenaje a las 80 mil víctimas de los bombardeos atómicos sobre las dos ciudades japonesas.
Con ello, el portavoz presidencial estadounidense admitió que la administración de Obama tiene una opinión en torno a un posible viaje a las zonas de la tragedia que no apuntan hacia una respuesta positiva a la iniciativa de Japón.
Sépalo
EE.UU. lanzó el primer ataque nuclear de la historia sobre la ciudad de Hiroshima el 6 de agosto de 1945 y tres días después lanzó una segunda bomba atómica sobre Nagasaki, lo que condujo a la capitulación de Japón el 15 de agosto y el fin a la II Guerra Mundial.
El artefacto, lanzado sobre el norte de la ciudad portuaria, terminó al instante con la vida de unos 80 mil ciudadanos e hizo que miles más murieran en años siguientes a causa de la radiación.