Libia celebraba ayer el primer aniversario del inicio de la revuelta popular que provocó la caída del líder Muamar Gadafi, en medio de excepcionales medidas de seguridad para evitar eventuales ataques de partidarios del antiguo régimen.
No había previsto ningún programa oficial para celebrar el primer aniversario de la revolución, por “respeto a las familias de los mártires, los heridos y los desaparecidos”, según las nuevas autoridades del país.
Sin embargo, desde el miércoles se están llevando a cabo celebraciones espontáneas en diferentes ciudades del país, especialmente en Bengasi, escenario de la primera manifestación contra el régimen el 15 de febrero de 2011, que dio origen a un movimiento de contestación más organizado a partir del 17 de febrero. Ayer, cientos de personas se reunieron tras la oración en la plaza Tahrir, en el frente marítimo de Bengasi, haciendo ondear la bandera de la nueva Libia, al tiempo que muchas mujeres sostenían las fotografías de sus hijos fallecidos en los combates. “Es el primer aniversario de Libia. Es un día de libertad, una jornada memorable. Los días venideros serán mejores ahora que Gadafi murió”, declaró Malek Sahad, un cantante de rap libio-estadounidense que regresó a su país de nacimiento el pasado año.
Poca afluencia
En Trípoli, la gran plaza de los mártires, donde deben celebrarse la mayoría de actos de este primer aniversario, estaba casi desértica a primera hora de la tarde. En las calles de la capital, engalanadas con los colores de la revolución (rojo, verde y negro), vendedores ambulantes de banderas libias, y también cataríes y estadounidenses, esperaban la llegada de la muchedumbre.
Para la ocasión, las autoridades anunciaron la entrega de 2,000 dinares libios unos 1,760 dólares a cada pareja casada y 200 dinares por cada hijo. Para evitar posibles ataques de partidarios del antiguo régimen, las nuevas autoridades aplicaron medidas de seguridad excepcionales.