Una ballena casi desconocida para la ciencia ha podido ser estudiada por primera vez por los investigadores después de que una hembra de más de cinco metros de largo y su ballenato de 3,5 metros aparecieran muertos en una playa de Nueva Zelanda.
Se trata de la Ballena Picuda de Bahamondes (Mesoplodon traversii), cuya existencia era conocida sólo por el hallazgo de unos pocos huesos, pero de la que no se había visto nunca un ejemplar completo hasta ahora.
Una descripción del animal aparece en la última edición de la revista científica Current Biology. Según los biólogos neozelandeses autores del estudio, el descubrimiento 'es la primera prueba de que esta ballena sigue con nosotros y es un recordatorio de lo poco que sabemos sobre la vida en los océanos'.
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Los científicos ignoran por qué la Ballena Picuda de Bahamondes es tan escurridiza. 'Es posible sencillamente que sea una especie que vive y muere en las aguas profundas de los océanos y rara vez es arrastrada hacia la costa', explicó Constantine, quien recordó que Nueva Zelanda está rodeada de océano profundo y 'hay mucha vida marina que desconocemos'.