Descrito como de implacable frialdad y determinación, hábil en el manejo de las armas y sin duda autoinvestido de una misteriosa y delirante misión, el asesino de la moto, autor de la matanza de Toulouse, llevaba aparentemente una cámara y parece ávido de publicidad.
El ministro francés de Interior, Claude Guéant, reveló el martes que, según un testigo, el asesino llevaba una pequeña cámara fijada al pecho cuando mató fríamente el lunes a cuatro personas, entre ellas tres niños, en una escuela judía de Toulouse.
Se trataría de una cámara de tipo 'GoPro', habitualmente utilizadas por los deportistas para filmar sus hazañas.
'Esto confirmaría el perfil psicológico del asesino', agregó el ministro, recordando que los testigos lo describen como 'muy frío, muy decidido, muy dueño de sus gestos y muy cruel'.
Esa cámara 'agrega cinismo, pero también la idea de que él actúa como si se creyera 'en misión', y va a continuarla', comenta el psiquiatra Pierre Lamothe, experto de la Corte de Casación francesa y de la Corte Penal Internacional (CPI).
Según Stéphane Bourgoin, especialista de criminología, la cámara confirma que el asesino 'goza con la resonancia mediática de su caso'. 'Es un psicópata que se cree igual a Dios' y para quien las imágenes de sus crímenes son como 'trofeos de caza'.
Algunos criminólogos y psiquiatras evocan la posible 'misión' que se habría atribuido el asesino. Su paranoia le haría delirar en un sector preciso, mientras que por otra parte podría tener una vida normal.
Exmilitar o paramilitar, neonazi, racista, antisemita, xenófobo, islamista o desequilibrado: todas las pistas son analizadas por los investigadores. Como quiera que sea, sus víctimas son judíos, magrebíes y negros.
Stéphane Bourgoin cree que el asesino 'se complace mirando' las informaciones sobre sus actos y, si efectivamente los filmó, mira también sin duda su propia película de la misma manera.
El doctor Lamothe cree que el objetivo de dicha filmación 'no es fabricarse recuerdos para mirarlos él', sino más bien una difusión más amplia. 'Pero puedo equivocarme', agrega.
En un 'manifiesto' difundido por internet inmediatamente antes de matar a 77 personas el julio de 2011, el noruego Anders Behring Breivik aconsejaba a los 'caballeros templarios' (orden a la que pretendía pertenecer) que filmaran los ataques que planeaban cometer.
El asesino de Toulouse se inspiró quizá del autor de la matanza de Oslo. Pierre Lamothe teme que su voluntad de matar se intensifique al verse comparado a grandes criminales, de los que podría sentirse competidor.
El eco mundial de la matanza de Toulouse, la declaración de nivel máximo de alerta antiterrorista en la región y la suspensión de la campaña electoral de los dos principales candidatos a la presidencia francesa podrían halagar también su ego delirante y empujarlo a la 'provocación grandiosa', estima el psiquiatra, recomendando por ello más discreción sobre el caso.
Otra hipótesis posible es que 'tal publicidad lo calme, y haga una pausa', que podría permitir detenerlo, espera el psiquiatra.
'Hay que detenerlo rápidamente, porque lamentablemente él no tiene ninguna ganas de parar', estima Bourgoin.
El recorrido de asesino en serie del autor de la matanza de Toulouse empezó el 6 de marzo con el robo de una moto. El 11 de marzo, mató en Toulouse a un militar de origen magrebí. El 15 de marzo, disparó contra tres soldados de un regimiento de paracaidistas en la vecina ciudad de Montauban, dos de origen magrebí y el tercero antillano. Dos murieron y el otro fue gravemente herido. El lunes mató a cuatro personas, entre ellas tres niños, en una escuela judía de Toulouse.
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