19/04/2024
01:24 PM

Adolescente hondureño asesinado con machete en Houston, EUA

El menor de edad José Meraz fue encontrado cerca de un bosque por una hombre que paseaba a su perro.

Houston, Texas.

El menor de edad hondureño José Meraz (14) fue encontrado la semana pasada muerto en un bosque cerca de la reserva Addicks en Houston por un hombre que paseaba su perro. El cuerpo mostraba múltiples señales de violencia posiblemente causadas por un machete.

Familiares y conocidos se reunieron ayer en una iglesia de Houston para recordar la vida del adolescente de 14 años cuyo cuerpo sin vida fue hallado el 15 de septiembre. Publicó La Voz de Houston.

El estudiante de octavo grado se encontraba a más de 20 millas de su escuela en Aldine presentaba “múltiples señales de violencia” que, según dijo la policía a sus familiares, fueron causadas por un arma afilada, probablemente un machete.

Esto ha sido una tragedia para quienes le conocían, ya que el joven estaba tratando de cambiar su vida, según amistades. El cadáver de Meraz será enviado a sus padres en Honduras. La congregación de la iglesia pidió donaciones para cubrir los gastos de la repratiación y el entierro.

“Quería cambiar el mundo, quería conversar con la gente, compartir su amor por Dios”, dijo Ana Uriarte, de 22 años y líder juvenil en la Iglesia Restaurando los Muros, a la que pertenecía Meraz y donde se llevó a cabo el servicio de recordación. “Tuvo impacto sobre mucha gente”.

Uriarte añadió que las expresiones de la comunidad son una indicación del tipo de persona que Meraz quería ser.

“Habría sido un buen líder”, afirmó Uriarte.

Meraz estudiaba en la escuela intermedia Stovall, del distrito escolar de Aldine. Hace más de año y medio su padre fue deportado a Honduras y su madre se fue con él, según María Martínez, pastora de la iglesia.

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El adolescente decidió quedarse en Estados Unidos porque deseaba tener un futuro mejor, según dijo José Martínez, esposo de la líder religiosa.

Meraz se mudó con su tía, Erlinda Rosales, pero luego se reunió con personas que ejercían una mala influencia. A finales de julio trató de enmendar su vida y se mudó a casa de los Martínez, que vivían al lado de su tía.

“Una vez me dijo que había hallado a su familia y que se sentía feliz”, dijo María Martínez. “Hablaba sobre la congregación religiosa”.

José Martínez, el padre Uriarte, dijo que fueron estrictos con Meraz cuando vino a vivir con ellos en el verano y les dijo que creyeran en él. Lo primero que le dijeron era que tenía que dejar de fumar marihuana y regresar a la escuela.

“Nunca me faltó el respeto. Yo confiaba en él”, dijo José Martínez. “Incluso me pidió que lo adoptara”.

María Martínez dijo que Meraz tuvo mucho que hacer durante el mes que vivió con la familia.

“Coreografió bailes, llevó obras teatrales a escena”, dijo María Martínez. “Estaba ayudando a reconstruir y renovar la iglesia”.

El chico trató de matricularse en su escuela de Aldine, pero tuvo dificultades porque sus padres estaban fuera del país. Según José Martínez, la última vez que vio a Meraz fue el 30 de agosto, cuando el chico se fue a vivir con un primo.

“Lloré cuando se marchó, pero le dije que todo le saldría bien”, dijo José Martínez.

Amigos y parientes aseguran que Meraz era un chico risueño.

“Si tenías un día malo, él se te acercaba y te daba un abrazo”, dijo Madeline Kemp, excompañera de aula de Meraz. “Era un chico dulce, no merecía morir, nunca le hizo daño a nadie”.

“Era como mi hermano”, dijo Katharine Rosales, de 12 años y prima de Meraz. “Yo lo quería mucho”.

La policía aún investiga su muerte y no ha dado detalles adicionales.