El FBI investiga qué salió mal en una operación de rescate que culminó con el rehén abatido por sus propios agentes.
Ulises Valladares (47), originario de Honduras, fue secuestrado en su casa, en el condado de Conroe, Texas, el pasado miércoles, frente a su hijo de 12 años. El menor contactó a la policía local que pidió ayuda al Buró Federal de Investigaciones para dar con el paradero de los captores.
Ernesto fue interrogado por las autoridades, negando conocer a los secuestradores. En ese momento recibió una llamada de estos exigiendo 20 mil dólares de rescate por su hermano. e_SDLqEstamos con el cartel del Golfo y tenemos a tu hermano”, dijo uno de los raptores. El FBI logró rastrear la llamada y dio con el lugar donde tenían a la víctima.
Al llegar a la residencia, uno de los agentes federales disparó su arma e impactó al secuestrado. Ulises murió horas después en un hospital.
Philip Dupuis, jefe de la policía de Conroe, lamentó la muerte del hondureño. “El FBI no ha tenido ningún contacto conmigo, nuestra víctima murió y no sabemos qué fue lo que pasó”, dijo Dupuis.
La policía arrestó a tres de los presuntos secuestradores.