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'Fue un intento de golpe de Estado”: Rafael Correa

  • 10 enero 2011 /

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, aseguró ayer que tiene pruebas de que la sublevación policial del pasado 30 de septiembre tuvo su origen ideológico en las filas de la oposición parlamentaria.

    El presidente de Ecuador, Rafael Correa, aseguró ayer que tiene pruebas de que la sublevación policial del pasado 30 de septiembre tuvo su origen ideológico en las filas de la oposición parlamentaria de su país, que pretendía dar un golpe de Estado.

    En una entrevista concedida a Radio Francia Internacional y al diario Le Monde, Correa señaló que las investigaciones “confirman que fue un intento de golpe de Estado” de “facciones criminales que no se detendrán ante nada para intentar recuperar el poder”.

    “Hasta habían empezado a festejarlo. Tenemos las filmaciones. Se reunieron en un hotel de Quito y pidieron whisky para celebrar que el Presidente había sido detenido”, declaró Correa, quien agregó que “es seguro que hubo conspiración” y que los policías, en su mayoría, “fueron manipulados” para “desestabilizar al Gobierno”.

    Según el mandatario, detrás de esa supuesta conspiración se esconden “partidos de oposición” como Parlamento Andino Fausto Lupera, del expresidente Lucio Gutiérrez (2003-2005).

    “Ellos incitaron a los policías a insubordinarse, los manipularon y estaban al acecho. Si el Gobierno caía, ellos pretendían tomar el poder.

    Pero fallaron y por eso ahora dicen que no fue intento de golpe, sino una simple protesta policial”.

    En los días posteriores a aquella crisis, Correa recibió el apoyo de numerosos mandatarios, entre quienes se encontró el presidente estadounidense Barack Obama.

    No obstante, el mandatario de Ecuador consideró ayer que él, como su homólogo de Venezuela, Hugo Chávez, o el de Bolivia, Evo Morales, son considerados “malos” por el Ejecutivo estadounidense por no ser “dóciles”.

    “Confío en Obama”

    En la Casa Blanca “siguen pensando que los Gobiernos amigos son buenos y los Gobiernos enemigos son malos”, declaró.

    “Tengo confianza en el presidente Obama, pero no ha sabido cambiar gran cosa. En todo caso, no somos ‘antiamericanos’ y consideramos que Estados Unidos es un socio muy importante para Ecuador”, aseguró Correa, quien lamentó que se sintiese poco la llegada de Obama al poder en Washington, en sustitución de George W. Bush.

    En cuanto a los asuntos internos, Correa argumentó su política “nacionalista, soberanista, socialista y lógica” de anular el 40 por ciento de la deuda externa y renegociar los contratos petroleros porque, según él, no se justificaba que “la mayor parte del presupuesto del Estado se dedicara a pagar la deuda que ya había sido pagada como ocho veces”.