El frío se convirtió en la nueva amenaza para los damnificados por Sandy y la falta de gasolina les causa zozobra a los neoyorquinos, alentados de todas maneras por la vuelta de la electricidad al sur de Manhattan y el restablecimiento del 80% del servicio de metro.
A cinco días del paso devastador del huracán Sandy, 194 mil residencias de Nueva York aún no tienen electricidad cuando el frío aprieta en este otoño boreal, informó ayer su alcalde Michael Bloomberg.
La temperatura oscilará entre 4 y 0 grados en los próximos días y se convertirá, según Bloomberg, en el principal peligro para los damnificados que habitan residencias sin electricidad o no tienen gasolina para alimentar sus generadores.
Instó a los ancianos, a los padres con niños menores de un año y a los que sufren del corazón u otras enfermedades que se encuentren en esa situación a ir a los refugios, donde tendrán techo y comida y podrán protegerse del frío. También advirtió que no se calefaccionen con los hornos de gas por el riesgo de intoxicación.
La situación más desesperante se vive en barrios de Staten Island, donde Sandy dejó 22 muertos de los 42 fallecimientos ocurridos en la ciudad, Rockaways en el sur de Brooklyn y Coney Island en Nueva York, y en Hoboken y la costa de Nueva Jersey, donde la gente sigue sin energía eléctrica, con sus enseres arruinados por la inundación y sus casas dañadas o lisa y llanamente destruidas.
Ayuda
Bloomberg dijo que se seguirán repartiendo un millón de comidas por día a los damnificados.
Los residentes del sur de Manhatan respiraron aliviados en este soleado sábado otoñal después de vivir cuatro siniestras noches en la oscuridad más absoluta y cuatro días paralizados por la falta de electricidad.
La escasez de combustible caldea los ánimos de los neoyorquinos y algunos incidentes ocurrieron en las larguísimas colas formadas ante las estaciones de servicio que aún pueden suministrar gasolina.
Un 38% de las gasolineras de la ciudad están vacías o no tienen electricidad.
Amir (40), taxista argelino, dijo que tuvo que hacer una cola de dos horas para conseguir gasolina en Queens, y otro, Shamim Ahmad, agregó que dos de sus colegas tuvieron que dejar de trabajar por falta de combustible.
Conductores particulares han tenido que abandonar sus automóviles con los tanques vacíos después de una búsqueda infructuosa de gasolina.
Para aliviar la situación, el gobernador Andrew Cuomo anunció que se distribuirían ayer 40 litros gratuitos de combustible por cabeza en cinco puntos de la ciudad.
Sin embargo, después de horas de espera, la Guardia Nacional anunció a los que esperaban gasolina a pie armados de bidones o en sus automóviles, en larguísimas filas ante un local militar del Bronx, que el combustible finalmente no llegaría ayer.
Las más de 200 personas se retiraron en calma, así como los automovilistas que formaban una fila de dos kilómetros, según había calculado el teniente coronel James Freehart. AFP