Dos sentimientos moldean el voto latino en Florida: El disgusto por la respuesta 'nefasta' del presidente estadounidense Donald Trump al desastre que dejó el huracán María en Puerto Rico, por un lado, y el deseo de que un gobierno de mano dura enfrente a Cuba, por el otro.
Estados Unidos celebra elecciones de medio mandato este martes, cuando elegirá legisladores, gobernadores y autoridades locales.
En esta carrera polarizada el país mira de cerca a Florida, un estado pendular en sus preferencias políticas que suele ser clave a la hora de elegir quién se sentará en el Salón Oval, y que suele decidirlo con márgenes muy estrechos.
Por eso Trump y el expresidente Barack Obama vinieron esta semana a Florida para dar un empujón a los candidatos a gobernador, que las encuestas dan prácticamente empatados.
En otras palabras: cada voto cuenta. Así entra en el escenario el voto latino, que compone 16,4% del electorado de 13 millones.
Los exiliados cubanos, que marcaron la cultura y la economía del sur de Florida en los últimos 60 años, solían tener la hegemonía del voto latino, que era una apuesta segura para los republicanos.
'Los demócratas entregaron la isla a Fidel Castro', dijo a la AFP uno de ellos, Eduardo Romero, quien llegó a Florida hace 40 años en un bote de seis metros.
'Por una cuestión de honor yo tengo que apoyar a este hombre, para ver si pasa algo en Cuba', explicó el jubilado de 83 años. Se refería al candidato republicano a gobernador, Ron DeSantis, cuyo nombre no podía recordar.
Romero hacía cola junto a sus hijos para entrar al mitin de Trump esta semana cerca de Fort Myers, al oeste de Florida, con una gorra roja de 'Make America Great Again' y una bandera cubana.
DeSantis, un consentido de Trump, y su contendiente demócrata, Andrew Gillum, quien podría convertirse en el primer gobernador negro de Florida, están en los extremos del espectro político estadounidense.
Pero, a pesar de que Trump y su candidato, DeSantis, pueden contar con cubanos anticastristas de ala dura como Romero, el voto latino en Florida ha dejado de ser monolíticamente republicano.
En primer lugar, 'hay una mayor cantidad de jóvenes cubanoamericanos de las últimas oleadas migratorias que se inclinan por el partido demócrata', dijo a la AFP Jorge Duany, director del Cuban Research Institute de la Florida International University (FIU).
Y, en segundo lugar, los puertorriqueños que huyeron de la crisis financiera de su país -y este último año de la devastación que provocó el huracán María, que dejó casi 3.000 muertos-, convirtieron a este grupo en un contrapeso del voto cubano.