Estados Unidos reconoció haber efectuado un ataque en el norte de Siria contra Al Qaida, pero negó que el objetivo fuese la mezquita en la que murieron 46 personas, según un nuevo balance publicado este viernes.
La mayoría de las víctimas de la incursión del jueves por la noche en el pueblo de Al Jineh, en la provincia de Alepo, son civiles, indicó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
La coalición internacional, liderada por Estados Unidos, dirige ataques aéreos contra grupos yihadistas en Siria e Irak desde 2014, provocando involuntariamente la muerte de cientos de civiles.
'Nuestro objetivo no era una mezquita, sino un edificio donde había una reunión (de Al Qaida), situado a unos 15 metros de la mezquita que continúa en pie', se defendió el jueves por la noche el coronel John J. Thomas, portavoz del Centcom, el mando central de las fuerzas de Estados Unidos en Oriente Medio.
En un comunicado anterior, el Centcom había anunciado que 'las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo un ataque aéreo contra una agrupación de Al Qaida en Siria, el 16 de marzo, en la provincia de Idlib, matando a varios terroristas'.
Más tarde, el portavoz del Centcom reconoció, sin embargo, que la localización precisa de este ataque no estaba clara, pero que se trataba de la misma incursión efectuada en el pueblo de Al Jineh, a 30 km al oeste de Alepo.
'Vamos a investigar las acusaciones que dicen que este ataque causó víctimas civiles', declaró el coronel Thomas.
'Vi 15 cadáveres'
Según Rami Abdel Rahman, director del OSDH, un centenar de personas resultaron heridas en el ataque aéreo en este pueblo bajo control de grupos rebeldes.
En imágenes grabadas por un corresponsal de la AFP se pueden ver habitantes y Cascos Blancos, socorristas de las zonas rebeldes de Siria, excavando entre los escombros con ayuda de linternas y palas.
Se ve una parte del edificio religioso completamente destruido y coches de los alrededores carbonizados.
'Oímos explosiones cuando se atacó a la mezquita. Fue justo después de la oración, en un momento en el que en general hay cursos de religión para los hombres', contó Abu Mohamed, un habitante.
'Cuando llegué, vi 15 cadáveres, y muchos trozos de cuerpos entre las ruinas. Algunos cuerpos ni siquiera eran reconocibles', indicó a la AFP.
A pesar del acuerdo de alto el fuego establecido en diciembre de 2016 por Rusia, aliado del régimen de Bashar al Asad, y Turquía, apoyo de los rebeldes, la violencia continúa en el país.