Un estudio revela los beneficios de chuparse los dedos y morderse las uñas durante la infancia. Un equipo de la Universidad de Otago en Dunedin, Nueva Zelanda, analizó la prevalencia de ambos hábitos en más de mil niños neozelandeses cuando tenían cinco, siete, nueve y 11 años de edad.
Según explican en un artículo en la revista Pediatrics, los beneficios de esa práctica está en la llamada 'hipótesis de la higiene', que sostiene que la exposición temprana a ciertos gérmenes ayuda a fortalecer el sistema inmunológico.
El estudio compartido por la BBC arroja que aproximadamente un tercio de los niños se chupaban el dedo o se mordía las uñas de forma frecuente y que esos niños tenían una posibilidad significativamente menor de desarrollar alergias a la edad de 13 años.
Las probabilidades de desarrollar reacciones alérgicas a los ácaros del polvo o el pelaje de gatos, perros o caballos era aproximadamente un tercio menor que entre los niños que no tenían esos hábitos.
'Aunque no recomendamos alentar este tipo de hábitos, estos parecen tener un lado positivo', dijo el profesor Malcolm Sears, de la McMaster University, en Canadá, uno de los investigadores.
Los científicos también encontraron que esa protección se mantenía hasta la edad adulta, aunque en este caso la evidencia fue menos clara.
'Nuestros hallazgos son consistentes con la teoría de higiene, según la cual la exposición temprana a la suciedad y los gérmenes reduce el riesgo de desarrollo de alergias', resumieron en Pediatrics Sears y el profesor Bob Hancox, los directores de la investigación.
Holly Shaw, de Allergy UK, le dijo a la BBC que ya eran varias las investigaciones que le daban peso a la idea de que el ambiente influye de forma decisiva en el desarrollo de alergias.
La asociación también advierte que si un niño continúa chupándose el dedo o mordiéndose las uñas después de los dos años incrementa el riesgo de desarrollar problemas en la mandíbula.
Hay estudios que sugieren que, en algunos casos, el niño puede presentar problemas de lenguaje.Mientras, ya de adultos, las bacterias que se encuentran en las uña pueden provocar infecciones en el aparato digestivo o en la boca.
Y, en casos extremos, el dolor causado en las manos puede dificultar la realización de tareas manuales sencillas y necesarias en la cotidianidad.