Hoteles, restaurantes, bares, pequeñas fábricas artesanales, tiendas y hasta las ventas de tortillas cerradas o a media marcha, furgones con mercancías varados y miles de desempleados: la economía en Nicaragua está en picada con 72 días de crisis política.
La ola de violencia desatada en el marco de las protestas, que deja unos 220 muertos, golpea como en un efecto dominó la endeble economía de uno de los países más pobres de América.
El cierre de negocios deja sin empleo a unas 200.000 personas y si no hay una pronta salida a la crisis se pone en 'riesgo de caer en la pobreza a 1,3 millones', de 6,2 millones de nicaragüenses, según un estudio de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo (Funides).
El Banco Central de Nicaragua (BCN) rebajó su proyección de crecimiento económico de 4.9% a 1% en 2018, mientras el sector productivo acumula pérdidas por 430 millones de dólares y más de 85,000 puestos de trabajo.
Sin embargo para Funides, ligada al sector privado, la 'situación es más dramática': si la crisis se prolonga a agosto la economía se contraerá -5,6% y tendrá pérdidas de 1.400 millones de dólares en el producto interno bruto (PIB).
Las protestas comenzaron el 18 de abril contra una reforma a la seguridad social, pero tras la represión se transformaron en una demanda de salida del poder del presidente Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo.
Una mujer compra una piñata en un mercado de Managua. La actividad comercial en Nicaragua, en el mejor de los casos, camina a medio vapor. Foto: AFP
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- Adiós turistas -
El turismo creció en la última década, con más de un millón de visitantes por año, lo que había alentado al capital nacional y extranjero a invertir en hoteles y pistas de aterrizaje, principalmente en zonas costeras del Pacífico.
La turística Granada, en el sur, y las playas del Pacífico, antes llenas de visitantes, ahora lucen vacías.
El hotel Mukul Auberge Resorts Collection, en el Pacífico sur, que atrajo a famosos como Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones o Morgan Freeman, entre otros, cerró operaciones.
'Los huéspedes han abandonado el resort y las cancelaciones se multiplican, al extremo que en los últimos días no hemos tenido un solo visitante', admitió en un comunicado el hotel, del multimillonario Carlos Pellas.
No menos dramático fue el cierre de la famosa Casa de los Mejía, propiedad de los cantautores Carlos y Luis Enrique Mejía Godoy, tras 20 años de funcionamiento.
Marcos, dueño de un hostal en Managua, comentó que la compañía emisora de tarjetas de crédito llegó a su local a revisar el datáfono porque no registraba actividad. 'Creían que el aparato estaba dañado pero es que no hemos tenido ni un huésped en dos meses', contó a la AFP.
Las operadoras turísticas reportan cancelaciones de más de 90% de reservas, según la presidenta de la Asociación Nicaragüense de Turismo Receptivo, Claudia Aguirre.
Las pérdidas en el sector ascienden a 231 millones de dólares, contra ingresos esperados de 924 millones, de acuerdo con el BCN.
Según la Cámara Nicaragüense de Turismo, cerraron sus puertas al menos 700 bares y restaurantes, de los más de 2.000 que integran la organización, así como 400 hoteles pequeños. El sector ha perdido unos 60.000 puestos de trabajo.