La investigación sobre el atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay ha dado un giro importante, tras revelarse que dos mujeres vinculadas con estructuras criminales podrían conducir a los autores intelectuales del ataque.
De acuerdo con información obtenida por las autoridades, uno de los principales sospechosos es Elder José Arteaga Hernández, alias El Costeño o Chipy, quien habría coordinado el atentado en complicidad con otros individuos. Tras el hecho, Arteaga se habría reunido en un establecimiento de entretenimiento nocturno con una mujer y dos hombres para planear cómo evadir la acción de la justicia y presionar a involucrados a guardar silencio.
La pista de dos mujeres sacude la investigación
Una de las piezas clave en la investigación es Katerine Andrea Martínez, conocida con el alias Gabriela, quien habría entregado el arma utilizada en el atentado a un menor de 14 años que ejecutó el disparo. Las autoridades también la señalan como parte del equipo logístico que facilitó la operación. Martínez fue capturada recientemente y enfrenta cargos por su participación en los hechos.
Los investigadores han detectado que tanto Gabriela como otra mujer aún no identificada tendrían vínculos directos con miembros de las disidencias de las FARC, específicamente con la estructura de la Segunda Marquetalia. La hipótesis principal es que el ataque fue ordenado desde esa organización.
Además, un testigo protegido ha entregado pruebas clave, como capturas de pantalla de conversaciones, fotografías y documentos que relacionan a alias "Chipy" con uno de los cabecillas de las disidencias, identificado como Iván Mordisco.
El caso sigue en desarrollo, pero las autoridades consideran que la información proporcionada por estas dos mujeres podría esclarecer quiénes están detrás de uno de los atentados políticos más delicados ocurridos recientemente en Colombia.