19/01/2025
10:56 AM

Despertó del coma y creía estar en 1980; no reconocía a su esposa ni a su hijo

En su mente, él seguía siendo un joven de 24, con una vida por delante en el año 1980

Roma, Italia.

Luciano D’Adamo se miró al espejo en una habitación de hospital y no reconoció al hombre de 63 años que veía reflejado.

En su mente, él seguía siendo un joven de 24, con una vida por delante en el año 1980.

Sin embargo, acababa de despertar de un accidente ocurrido en 2019, tras ser atropellado, sin recordar las últimas cuatro décadas de su vida.

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Este caso, relatado por el diario Il Messaggero, ha impactado por la increíble pérdida de memoria que Luciano experimentó.

Lo último que recordaba con claridad era el 20 de marzo de 1980, cuando trabajaba como oficial de operaciones en tierra en el aeropuerto de Fiumicino, en Roma.

Ese día, regresó a su casa en Monte Mario y poco después salió nuevamente a la calle, donde sufrió un violento accidente. Pero lo que creía que había sucedido en 1980, en realidad ocurrió casi 40 años después, en 2019.

Luciano estuvo en coma durante un día, y al despertar, descubrió que el mundo había cambiado radicalmente. No recordaba haber envejecido, ni reconocía a su esposa ni a su hijo. Tampoco sabía qué eran los teléfonos celulares o los avances tecnológicos como el GPS. Además, para él, eventos históricos cruciales como el 11 de septiembre o los títulos ganados por su amado equipo, la Roma, no existían.

Uno de los momentos más emotivos fue cuando pidió hablar con su madre, solo para descubrir que había fallecido hacía años. Cuando una mujer entró a la habitación y lo llamó por su nombre, tardó en darse cuenta de que era su esposa, la misma joven con quien había planeado casarse en 1980, pero ahora con el rostro marcado por el paso del tiempo. Luego, vio a su hijo, un hombre de 30 años a quien no reconoció.

Al verse en el espejo, Luciano enfrentó la realidad: había perdido 39 años de recuerdos. Desde entonces, ha tenido que adaptarse a una vida completamente distinta, reconstruyendo su relación con su familia. A pesar de no poder recuperar su memoria, logró reintegrarse a su entorno y ha formado un nuevo lazo con su esposa, su hijo y su nieto.

Luciano comparte que aún le resulta sorprendente descubrir cómo ha cambiado el mundo. “Recuerdo el asombro de viajar en un coche con una pantalla que me mostraba el mapa de Roma”, explicó. A menudo, al encontrarse con viejos amigos que lo saludan, finge reconocerlos por cortesía, aunque no recuerda quiénes son.

El sentido del humor de Luciano, sin embargo, permanece intacto. En una ocasión, su hijo, en tono de broma, le comentó que le debía 5000 euros. Luciano, con seriedad, respondió: “¿Qué son los euros?”.