Legisladores demócratas en la Cámara de Representantes estadounidense presentaron este miércoles un nuevo proyecto de reforma migratoria, de mayor seguridad fronteriza, con el que esperan romper el bloqueo al texto ya aprobado en el Senado.
'Cada parte de este proyecto tiene apoyo bipartidario, y eso es importante para nosotros', dijo la líder de la minoría demócrata en la Cámara, Nancy Pelosi, confiando en que el texto se aprobará.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, ya adelantó que la votación del proyecto aprobado en el Senado no ocurrirá entre los diputados mientras el texto no tenga el apoyo de la mayoría de su bancada.
El nuevo texto es virtualmente idéntico al aprobado en junio por el Senado (donde los demócratas tienen mayoría), aunque le agrega propuestas para reforzar las medidas de seguridad en las fronteras presentadas por legisladores republicanos en la Comisión de Seguridad Interna.
Por esa razón, el nuevo proyecto presentado el miércoles aclara que puede ser llamado 'Ley de Modernización de la Seguridad Fronteriza, Oportunidades Económicas e Inmigración'.
Según Pelosi, el nuevo texto abre la puerta para 'trabajar en conjunto' con legisladores republicanos para hallar un proyecto común, pero adelantó que su bancada no cederá en definir un camino de los inmigrantes indocumentados hacia la regularización.
Poco más tarde, el diputado demócrata Luis Gutiérrez, uno de los más férreos impulsores de la reforma migratoria, usó el plenario para afirmar que 'esta ley que los demócratas están presentando no es la ley perfecta. Pero es el producto de negociaciones, de compromiso y de acción bipartidaria'.
En momentos en que el Congreso es visto por los estadounidenses como un ámbito de intransigencia, 'la acción bipartidaria es la única forma de hacer cualquier cosa', agregó.
La reforma de la legislación migratoria es una de las mayores promesas del presidente Barack Obama para su segundo mandato.
El proyecto de reforma aprobado en el Senado prevé, bajo condiciones estrictas y al fin de un período transitorio de por lo menos 13 años, otorgar la nacionalidad estadounidense a personas que entraron ilegalmente al país.
Sin embargo, la reforma se encuentra empantanada en la Cámara de Representantes, dominada por la oposición republicana, hostil a cualquier medida que represente una 'amnistía' a los indocumentados.
G8
Los senadores demócratas Robert Menéndez, Chuck Shumer y Dick Durbin, junto al republicano John McCain, participaron ayer en un foro dentro del marco de la conferencia del Instituto del Caucus Hispano del Congreso (CHCI) en el que insistieron en que se logrará la reforma debido, sobre todo, al gran apoyo popular con el que cuenta.
McCain, uno de los republicanos más comprometidos con el texto, subrayó la necesidad de 'aunar la impresionante cantidad de estadounidenses que están a favor de una reforma migratoria integral' y que todos ellos se comprometan para conseguir ésta se logre.
Menéndez, demócrata por Nueva Jersey, instó de nuevo a los ciudadanos a que se reúnan con sus líderes locales, visiten a sus representantes en el Congreso y continúen presionando desde la calle para conseguir que ambas cámaras lleguen a un acuerdo al respecto.
'El problema es que mientras en la Cámara de Representantes, donde toda la acción sobre la reforma migratoria está pendiente, sigan consumidos completamente en buscar una forma de anular la reforma de salud, no están dirigiéndose a los otros temas importantes para la nación, incluyendo la reforma migratoria', explicó Menéndez.
'Y nos hace falta realizar esa reforma, prefiero este año, antes de que vayamos a las elecciones del año que viene donde el Congreso está en reelección y se complica la cosa más', insistió.
El representante demócrata por California Xavier Becerra, uno de los legisladores de la Cámara Baja más involucrados en la reforma migratoria, explicó en un panel posterior que, ante todo, la ley de reforma migratoria debe tener apoyo bipartidista.
'La gente tiene que darse cuenta de que esta reforma es buena para la economía, es buena para la gente, es buena para el país', enfatizó Becerra, demócrata por California.
Acompañado por los también demócratas John Yarmuth, Zoe Lofgren y Luis Gutiérrez y el republicano Mario Díaz-Balart, Becerra subrayó los logros conseguidos en California para la integración de los inmigrantes y confió en que ya es hora de que el país 'arregle un sistema migratorio roto'.
Díaz-Balart dijo estar hoy igual de optimista que hace seis meses, cuando la reforma migratoria era un tema de primera línea en la agenda política del país, ahora diluido por los problemas presupuestarios y antes por la crisis siria.