R. Suleimanov nunca se imaginó que el deseo desesperado de estar con él de su novia, Zhanna Nurzhanova (36), no era apetito sexual sino sed de venganza: la mujer le cercenó los testículos con un bisturí luego de enterarse que él le había sido infiel.
El hecho se registró la noche del pasado del 21 de enero en una comunidad de Kazajistán. Nurzhanova, maquilladora de profesión, enloqueció cuando se enteró de que su novio tenía una amante de boca de su propia hermana, a quien el hombre le había confesado su secreto.
La mujer se las arregló para registrar el teléfono celular de su novio y encontró fotos y conversaciones con diversas mujeres muy bellas. Ese fue el detonante suficiente para que Nurzhanova planificara su venganza.
De acuerdo al expediente investigativo de las autoridades de Kazajistán, la mujer llegó por la noche a la casa de Suleimanov y fingió estar desesperada por sostener relaciones sexuales con él. Ella le propuso a su pareja un juego sexual y él accedió.
Con varias bufandas la mujer ató a Suleimanov a una silla, luego sacó dos pastillas, barbitúricos, y lo obligó a tomarlas. Horas más tarde, a las 2:00 de la mañana, le quitó su ropa interior y comenzó a reclamarle por haber estado con otras mujeres. La mujer le propinó varios golpes a su novio con un palo de aluminio, específicamente en su cabeza, rostro y pecho.
Luego tomó tres ampollas de anestesia y una jeringa y se la inyectó en la ingle para pasar a realizar su macabra operación.
Agarró un bisturí y le hizo una incisión en el testículo izquierdo de Suleimanov para atarle el cordón espermático con un hilo. Después repitió la operación en el testículo derecho, pero no salió bien y le provocó una intensa hemorragia al hombre.
Nurzhanova se asustó al percatarse de la gravedad de la herida y decidió llevar al hombre al hospital. Allí mismo quedó detenida.
Producto de las heridas, los doctores tuvieron que remover los testículos de Suleimanov por lo que no podrá tener hijos pero sí podrá mantener relaciones sexuales ya que su pene se encuentra en perfecto estado.
Bien dicen que los celos matan y aunque en este caso nadie perdió la vida, ahora Zhanna Nurzhanova puede perderse de disfrutar buena parte de ella ya que enfrenta una pena de pasar diez años tras las rejas.