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Barack Obama, de rival a aliado clave de Clinton

  • 04 julio 2016 /

Washington, Estados Unidos.

Hoy, cuando suban al podio en su primera aparición de campaña, el presidente Barack Obama y Hillary Clinton mostrarán una nueva fase de su relación: codependientes. La posibilidad de Clinton de ganar la Casa Blanca depende lograr el apoyo de la coalición del presidente. El legado de Obama depende en el éxito de Clinton. Ocho años después de que gastaron millones uno contra otro para ganar la Casa Blanca, ambos invertirán innumerables palabras y cuatro meses promoviendo el uno al otro en público.

La historia de cómo los rivales pasaron a ser amigos estará en el centro de la presentación de Obama-Clinton en Charlotte, Carolina del Norte, dicen asistentes en ambos lados. En su mensaje, el presidente fungirá como testigo de la personalidad de su exsecretaria de Estado, que está luchando para convencer a votantes de su confianza y honestidad.

No hay mejor político que testifique en su favor, creen muchos demócratas, que el hombre que otrora tuviera reservas sobre ella pero después cambió y se convirtió en uno de sus más fuertes promotores. La campaña de Clinton también espera que Obama actúe como recordatorio de otro capítulo más popular en la carrera de Clinton. Durante cuatro años, Obama confió en ella para que representara su política exterior.

Se sentó junto a él en la Sala de Crisis de la Casa Blanca. Ella fue un buen soldado, poniendo de lado su ego político para trabajar para el gobierno del hombre que la derrotó. Durante su período en el Departamento de Estado fue vista favorablemente por la mayoría de estadounidenses.

La presencia de Obama busca atraer también para Clinton el respaldo entre los electores con educación universitaria y entre los afroamericanos, que suman 22.4 por ciento de los votantes registrados, de acuerdo con cifras del Centro Pew.

Considerado un tradicional bastión republicano, Carolina de Norte será un escenario competitivo por los cambios demográficos que parecen favorecer a Clinton en las zonas urbanas, mientras que Trump conserva apoyo en áreas rurales con menor número de votantes.