El debate entre los candidatos republicanos a la presidencia de EUA previo a las primarias del martes en Nuevo Hampshire estuvo marcado por los numerosos ataques al senador Marco Rubio, los abucheos recibidos por el magnate Donald Trump y la buena actuación del gobernador Chris Christie.
Al debate, transmitido por la cadena ABC y celebrado en el Saint Anselm College de Manchester (Nuevo Hamsphire), llegaba Rubio como favorito tras su tercer puesto en los caucus (asambleas populares) de Iowa y su repunte en las encuestas, que lo ubican segundo para las primarias del próximo martes por detrás de Trump.
Por ello, el senador de origen cubano se convirtió en el blanco de los ataques de sus rivales y en particular de Christie, gobernador de Nueva Jersey, que acusó a Rubio de ofrecer respuestas enlatadas para casi todo y de ausentarse con demasiada frecuencia de las votaciones en el Senado.
El senador por Florida fue el más buscado en Google durante el debate, según datos del propio buscador, y también durante un buen rato el más mencionado en Twitter, aunque finalmente fue superado por Trump en la red social.
El senador de la Florida es el gran favorito del aparato del partido Republicano (Establishment) para ser el candidato presidencial de ese partido.
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El magnate venía de protagonizar el anterior debate televisado por su comentada ausencia debido a su enfrentamiento con la cadena organizadora, Fox, pero hoy ya no fue el centro de atención pese a haber quedado segundo en Iowa y a que lidera los sondeos en Nuevo Hampshire.
Lo más tuiteado de la noche fue el momento en que Trump mandó callar al exgobernador Jeb Bush, a lo que el público respondió con abucheos y el magnate, fiel a su estilo, quiso tener la última palabra: 'Son sus donantes e intereses especiales (...) Yo no quiero su dinero', dijo.
La política exterior ocupó buena parte del debate, a cuyo inicio se conoció precisamente la noticia del lanzamiento de un cohete de largo alcance por parte del régimen de Corea del Norte, una acción que parte de la comunidad internacional considera una prueba balística encubierta.
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Al respecto, Trump afirmó que su estrategia ante Corea del Norte sería dejar que China 'resuelva el problema', porque, a su juicio, es Pekín quien tiene un control 'prácticamente absoluto' sobre Pyongyang.
En cuanto a la lucha antiterrorista, el magnate se mostró partidario no solo de restablecer la tortura por ahogamiento simulado a sospechosos de terrorismo si llega a la Casa Blanca, sino de aplicar tácticas 'mucho peores'. 'Restablecería el waterboarding (ahogamiento simulado) y un infierno mucho peor que eso', prometió Trump.