La expresidenta interina de Bolivia Jeanine Áñez completó este miércoles ocho días en huelga de hambre y aguarda a que el relator especial para la Independencia de Jueces y Abogados de las Naciones Unidas, Diego García-Sayán, que llegó al país esta semana, la visite en una cárcel en La Paz.
“Mi madre sigue con esta determinación (la huelga) y va a seguir porque ella tiene la convicción de que es la única manera de frenar la injusticia y de que se respeten las leyes en Bolivia”, expresó a los medios Carolina Ribera, hija de Áñez.
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Ribera confirmó que en la víspera Áñez envió a la oficina de Naciones Unidas información que contiene unas “diecisiete pruebas” que demuestran “las injerencias del poder político” en la situación legal que enfrenta la exmandataria.
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En un fragmento de esos documentos, publicados en las redes sociales de Áñez, se menciona la “inexistencia” de la autonomía de la justicia y se cuestiona que se le hayan abierto procesos por la “vía ordinaria” cuando, considera, debían proceder procesos de responsabilidades previamente autorizados por el Parlamento.