Los cinco acusados de los atentados del 11 de setiembre en Estados Unidos comparecieron de nuevo este lunes ante un tribunal militar en Guantánamo, tras cerca de cuatro meses de suspensión de las audiencias preliminares destinadas a preparar un juicio que aún no está a la vista.
Vestido con su tradicional uniforme de camuflaje y su barba teñida de anaranjado, el paquistaní Jaled Cheij Mohammed, cerebro autoproclamado de los atentados más mortíferos de la historia estadounidense, y sus cuatro coacusados asistieron a la audiencia centrada en la vigilancia de sus conversaciones con sus abogados.
Es la primera vez que comparecieron desde febrero en la sala del ultramoderno tribunal militar de Guantánamo, isla de Cuba, donde las conversaciones salen con un retraso de 40 segundos en la sala de prensa, así como en la base militar de Fort Meade (Maryland, este), donde se retransmiten las audiencias.
Esta nueva audiencia, prevista hasta el viernes, tiene lugar cuando 104 de los 166 detenidos de Guantánamo mantienen una huelga de hambre desde hace más de cuatro meses, de los cuales 44 son alimentados a la fuerza, según un portavoz de la prisión, el teniente coronel Samuel House.
En presencia de dos exbomberos de Nueva York heridos el 11 de setiembre de 2001, los abogados de la defensa interrogaron al exjefe de los tribunales de excepción, el almirante Bruce MacDonald, sobre el reglamento puesto en vigor para controlar los diálogos entre los acusados y sus defensores.
Este alto funcionario del Pentágono retirado indicó por teleconferencia desde el estado de Washington (noroeste) que había solicitado que se escucharan todas las conversaciones telefónicas de los cinco hombres con sus abogados, precisando que eso no concernía a sus encuentros en Guantánamo.
Intensamente interrogado por los abogados, el almirante MacDonald reconoció que él 'consideraba que la simulación de ahogamiento era una forma de tortura' y que ya había declarado en ese sentido.
Todas las declaraciones de los cinco acusados, que pueden ser condenados a la pena capital, y que están detenidos en el mayor secreto en el campo 7 de la base militar estadounidense por ser 'de gran valor', son clasificadas, ya que fueron encarcelados en una prisión secreta de la CIA antes de ser trasladados a Guantánamo. Jaled Cheij Mohammed fue sometido a 183 simulacros de ahogamiento.
Los abogados le preguntaron al almirante durante la audiencia cómo pudo aprobar el acta de acusación que requiere la pena capital sin tener 'la menor experiencia en materia de pena de muerte' y sin haber leído las decisiones de la Corte Suprema en la materia. El almirante MacDonald respondió que se basaba en sus asesores jurídicos.
La audiencia suspendida en la jornada se reanudará el martes de mañana. Los abogados intentan que se desestimen los cargos por 'influencia ilegal del comando'. Los cinco hombres están procesados por el asesinato de cerca de 3.000 personas. El juicio propiamente dicho comenzaría recién a fines de 2014.
Fort Meade. Los cinco acusados de los atentados del 11 de setiembre en Estados Unidos comparecieron de nuevo ayer ante un tribunal militar en Guantánamo, tras cerca de cuatro meses de suspensión de las audiencias preliminares destinadas a preparar un juicio que aún no está a la vista.
Vestido con su tradicional uniforme de camuflaje y su barba teñida de anaranjado, el paquistaní Jaled Cheij Mohammed, cerebro autoproclamado de los atentados más mortíferos de la historia estadounidense, y sus cuatro coacusados asistieron a la audiencia centrada en la vigilancia de sus conversaciones con sus abogados.
Es la primera vez que comparecieron desde febrero en la sala del ultramoderno tribunal militar de Guantánamo, isla de Cuba, donde las conversaciones salen con un retraso de 40 segundos en la sala de prensa, así como en la base militar de Fort Meade (Maryland, este), donde se retransmiten las audiencias.
Esta nueva audiencia, prevista hasta el viernes, tiene lugar cuando 104 de los 166 detenidos de Guantánamo mantienen una huelga de hambre desde hace más de cuatro meses, de los cuales 44 son alimentados a la fuerza, según un portavoz de la prisión, el teniente coronel Samuel House.
Representante
Estados Unidos tiene un nuevo representante para cerrar la prisión de Guantánamo, un objetivo reafirmado a fines de mayo por el presidente Barack Obama, anunció ayer el Departamento de Estado.
El secretario de Estado, John Kerry, nombró para el cargo de “representante especial” al jurista Cliff Sloan, quien reemplaza al embajador Daniel Fried que dejó la función a fines de enero y cuya oficina fue clausurada por el Departamento.
Un número creciente de presos se mantiene desde hace cuatro meses en huelga de hambre. AFP