Con las nuevas restricciones a la gigante de las telecomunicaciones Huawei, los usuarios enfrentan una incertidumbre mientras están a la espera de una solución de la empresa china.
Fallas en seguridad y temor a controlar las comunicaciones son las excusas que han planteado varios países para sancionar y no permitir el uso de sus productos.
Todas estas acusaciones han sido rechazadas por la marca china, que a pesar de las sanciones y limites a su expansión se perfilaba a ser el máximo proveedor de tecnología en telecomunicaciones.
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Ante el anunciado cese de las actualizaciones de Android en sus teléfonos, Huawei podría desarrollar su propio sistema de explotación, competidor de los de Google y Apple, con el difícil desafío de convencer a programadores y usuarios.
El número dos mundial del mercado de los smartphones se vio atrapado en el conflicto comercial entre Estados Unidos y China.
Tras las restricciones que impuso la administración de Donald Trump, Google -cuyo sistema Android equipa a la inmensa mayoría de los smartphones en el mundo- anunció el domingo que iba a cortar los lazos con el gigante chino. Washington acordó después un plazo de tres meses.
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