Suicidios crecieron en Honduras; buscar ayuda salvaría a miles

Para llegar a ideas suicidas, las víctimas pasan por una depresión sostenida durante los años. Los hombres son los más afectados, así como los adolescentes y adultos jóvenes.

Foto: Melvin Cubas / LA PRENSA

Las decepciones de tipo amoroso figura entre las principales causas de muchas muertes producidas entre las mujeres.

mié 18 de septiembre de 2024

25 min. de lectura

San Pedro Sula, Honduras.

Sobre una pequeña comunidad en el municipio de Puerto Cortés, Cortés, una madre observa en silencio la habitación vacía de su hijo, las paredes aún tienen pósteres del Barcelona, su equipo de fútbol favorito, y sobre la esquina, una guitarra cubierta de polvo es testimonio de los sueños que nunca se cumplieron. Hace año y medio su hijo se fue de este mundo, dejando a su familia y amigos con preguntas que jamás tendrán respuestas claras.

LA PRENSA Premium tuvo acceso a su historia de cerca, pero debido a la sensibilidad del caso, su familia decidió no revelar los detalles públicamente.

Este no es un caso aislado, en Honduras, esto es una crisis silenciosa que afecta a cientos de familias cada año. Según datos de la Secretaría de Seguridad, desde 2018 hasta agosto de 2024 se produjeron 2,647 eventos de personas que decidieron quitarse la vida en todo el país.

Durante el año 2018 se registraron 404 hechos, lo que representó el 15.3% del total durante el período analizado. Este número es considerable, pero a lo largo de los siguientes años se observó una fluctuación en las cifras.

Para 2019, el número de casos aumentó ligeramente a 433, lo que significó un crecimiento del 7.2% en comparación con el año anterior.

Durante el 2020 se observó una leve disminución, con 409 registrados, una baja del 5.5% respecto al año previo. Este año estuvo marcado por el inicio de la pandemia de COVID-19, que afectó el comportamiento y la salud mental de muchas personas.

Durante el 2021, el número aumentó drásticamente a 558, lo que representó un crecimiento del 36.4%. Este fue el año con mayor cantidad durante el período analizado, representando un 21% del total general. Factores como el confinamiento prolongado, el desempleo y la incertidumbre económica influyeron significativamente.

Para 2022 se produjo una disminución importante, con 417 casos reportados, lo que representó una reducción del 25.3% en comparación con el año antes. Este descenso es un indicativo que hubo una mejora en la atención a la salud mental y del impacto de intervenciones específicas para la prevención.

Relacionada: Hasta L220,000 cuesta tratar un trastorno mental en Honduras

Durante 2023, la tendencia a la baja continuó, con 378 decesos, lo que marcó una disminución adicional del 9.4%. Finalmente, durante el 2024, hasta la fecha, se han reportado 48 muertes, este dato es provisional, ya que el año está en curso.

El Distrito Central, que incluye Tegucigalpa, fue el municipio con el mayor número de casos, registrando un total de 393, esto representa una gran parte del total nacional. Le siguió San Pedro Sula, con 170 casos reportados, siendo la segunda ciudad más afectada del país.

Comayagua, con 91 casos, ocupó el tercer lugar en la lista, aunque es densamente una ciudad más pequeña en comparación con las dos anteriores, su número de hechos es considerable. Entre otros municipios con cifras relevantes están Choluteca (61 casos), Intibucá (57 casos), y Danlí (56 casos). Estos municipios, ubicados en diferentes partes del país, mostraron que el problema no se limita a las grandes ciudades, sino también afecta a zonas rurales y semiurbanas.

Municipios como Santa Rosa de Copán (55 casos), Choloma (42 casos), y La Ceiba (41 casos) también registran cifras preocupantes. Estas son ciudades y municipios de mediano tamaño que juegan un papel importante en la economía regional, pero enfrentan retos en cuanto al bienestar emocional de sus habitantes.

Se observó a nivel global que los hombres tendieron a tener tasas más altas de muertes de este tipo, mientras que las mujeres presentaron mayores tasas de intentos. Factores como la presión social, el estigma relacionado con buscar ayuda psicológica y la elección de métodos más letales son algunas de las razones que podrían explicar la predominancia de suicidios en hombres.

Hubo una alta incidencia en la juventud, especialmente entre los adolescentes y jóvenes adultos de 16 a 29 años. La edad de 22 años fue la más frecuente, con 107 casos, seguida por 26 años con 93 casos y 21 años con 79 casos. Esto indica que los jóvenes enfrentan un riesgo, lo cual suele estar vinculado a factores como el estrés académico, problemas de salud mental y la falta de apoyo emocional. En contraste, los casos disminuyeron notablemente en edades mayores.

Según estudios de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah), el promedio de muertes de esta manera en Honduras ocurren dentro de la casa y después en la vía pública. El índice más alto se da en un margen de horario entre las 3:00 pm y 9:00 pm.

Peso del dolor

Delmy Dubón, psicóloga clínica, explicó que los trastornos mentales son factores de riesgo importantes para el suicidio, distorsionan la percepción de la realidad, aumentan la desesperanza y reducen la capacidad de afrontar el estrés. La intervención temprana, el tratamiento adecuado y el apoyo continuo son fundamentales para reducirlo.

Subrayó, también, que los eventos estresantes y traumáticos actúan como disparadores que agravan condiciones preexistentes o crean nuevas vulnerabilidades, aumentando el peligro de muerte.

$!Suicidios crecieron en Honduras; buscar ayuda salvaría a miles
“Muchas de estas personas sufrieron una depresión infantil, que pasó a mayor y murieron”: Delmy Dubón, especialista en psicología clínica

En su análisis ejemplificó que, algunas minorías étnicas enfrentan un riesgo elevado de muertes por autolesiones debido al racismo, la discriminación y la falta de acceso adecuado a servicios de salud mental.

En algunas culturas, este problema suele estar estigmatizado, lo que impide que las personas busquen ayuda y expresen sus sentimientos, exacerbando el riesgo. El estrés económico por la pérdida de empleo, la inseguridad laboral y las condiciones de vida precarias igualmente acercan más a tomar esta decisión.

Impacto que impulsa la autolesión
  • > Problemas familiares, aislamiento social, acoso escolar, presión académica y laboral problemas financieros, relaciones interpersonales, estrés laboral, crisis existencial, soledad, problemas de salud, pérdida de independencia. Cada etapa enfrenta sus retos sociales e influyen en el riesgo de morir por su mano
  • > Desde una perspectiva clínica, los factores que más indicen a estas muertes son: trastornos de ánimo, trastornos de ansiedad, trastornos de personalidad, abuso de sustancias, factores psicosociales, historial de trauma o abuso, falta de apoyo social y enfermedades físicas graves que implican dolor prolongado
  • > Las familias suelen experimentar problemas emocionales como tristeza, enojo, culpa y confusión, se crean conflictos entre los familiares, los sobrevivientes desarrollan estrés, depresión o ansiedad posteriormente, hay desafíos en rendimiento escolar de hijos y pérdida de ingresos si la víctima era el sostén principal.

Las personas con antecedentes familiares de este tipo pueden tener un riesgo elevado debido a factores genéticos y la influencia de la dinámica familiar en la percepción. En regiones con alto acceso a armas de fuego, el riesgo completado es mayor debido a la letalidad de este medio.

Luis Amador, quien funge como sacerdote hondureño en Roma, Italia, recordó que la vida es un don de Dios; es decir, un regalo que al ser humano no le pertenece propiamente, sino que es prestada mientras se peregrina en este mundo, por tanto, debe administrarla correctamente.

“Parece que el ser humano ya no quiere luchar, está cansado, no ha descubierto en su interior esa capacidad que tiene de sobreponerse. Por ejemplo, quiero trabajar muy poco y que mi sacrificio sea mínimo, pero quiero ganar bastante”, citó Amador.

$!Suicidios crecieron en Honduras; buscar ayuda salvaría a miles
“Miremos al cielo, somos parte de una inmensidad, busquemos razones para vivir y existir”: padre Luis Amador

El padre rememoró que hace muchos años atrás, la gente de tenía más amor a la vida, había unión por lo divino y entendía que tras la primera dificultad se debía poner atención en cómo superar tal situación.

“No se trata de pensar de manera romántica, pero a la sociedad le hace falta amar la vida y reconocer que es un regalo”, apuntó. El líder católico enfatizó que hoy día se vive en medio de una sociedad frágil, volátil, que piensa primero en la salida más fácil.

24

muertes voluntarias de mujeres ocurren por cada 100 decesos de este tipo en hombres, concluyeron datos oficiales recientes.

Amador concluyó con una reflexión profunda: “Al entrar a una iglesia miramos un santo sobre una base, el santo puede ser muy sagrado, pero si la base está mal colocada, el santo se caerá. De manera similar, no podemos esperar que una persona supere la depresión solo con apoyo espiritual si antes no ha abordado sus necesidades humanas básicas”.

Alerta

Honduras necesita con urgencia un enfoque integral para prevenir el problema. No solo es necesario mejorar acceso a atención psicológica y psiquiátrica, también crear espacios donde se hable libremente sobre sus problemas sin temor a ser juzgados.

La educación en salud mental debe comenzar en las escuelas, con programas que enseñen a los estudiantes a identificar señales de advertencia en ellos mismos y en los demás.

El suicidio en Honduras sigue siendo un tema tabú, pero las voces de quienes han perdido a sus seres queridos reflejan la urgencia de escuchar a tiempo y salvar vidas. Es crucial que como sociedad enfrentemos esta crisis de manera colectiva, entendiendo que detrás de cada número hay una vida que pudo haberse salvado.

Actualmente, hay quienes luchan para cambiar la narrativa, como las organizaciones comunitarias y profesionales de la salud mental que trabajan incansablemente para brindar apoyo a quienes lo necesitan.