Las altas cifras de deserción y repitencia en el sistema educativo hondureño preocupan a la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, Unesco.
La secretaria permanente de ese organismo internacional en Honduras, Hilda Muñoz Tábora, dijo: “Vemos con suma preocupación la deserción escolar, la repitencia, la falta de matrícula del nivel medio en la jornada nocturna y la migración porque también está afectando la educación”.
Muñoz Tábora se pronunció en esos términos en el lanzamiento del programa bianual que la Unesco desarrollará en Honduras con unas 35 escuelas asociadas.
Recientemente, el Instituto Nacional de Estadísticas, INE, reveló que, en 2011, el sector educativo público registró el seis por ciento de repitencia y tres por ciento de deserción.
“Son temas fundamentales que se deben atender y resolver”, dijo la secretaria permanente.
“Todas las acciones de la oficina de la Unesco van orientadas a fortalecer la nueva Ley Fundamental de la Educación. Creemos que la situación de la educación puede cambiar con esta nueva norma”.
La representante comentó que la Unesco capacitó cerca de 20,000 maestros en todo el país en informática y redes con la intención de que estos profesores den clases de computación una vez que se equipen los centros con computadoras, como manda la nueva ley.
“Les hacemos un llamado a los directores y maestros en general para que cambien de actitud, para que nos unamos y podamos sacar adelante la educación del país”.
Proyecto de la Unesco
Muñoz Tábora comentó que este año lanzaron el proyecto bianual para fomentar la lectoescritura, es decir impulsar una mayor lectura y una mejor escritura del español.
Para eso, la Unesco les otorga cierto financiamiento y apoyo de material educativo a las escuelas asociadas, “en 2012 no sabemos de cuánto será el apoyo porque se sumarán dos escuelas”.
Nohemy de Tobaro, directora de la escuela Ramón Rosa, comentó: “Hemos visto resultados muy positivos en la implementación de estos programas bianuales, sobre todo porque hay una participación activa entre padre de familia, alumno y maestro”.
Tábora recordó que la relación entre escuelas y la Unesco data desde mediados de la década de los 90.