27/04/2024
01:05 PM

Tres exmiembros de Fuerzas Especiales también emigran

Los hondureños piden a exmilitares armar un grupo para seguir en la ruta, ya que les tienen confianza y sienten seguridad de avanzar con ellos por el camino

    Tapachula, Chiapas.

    “Salimos de Honduras con dos amigos más. Dejamos hace un mes el Ejército, éramos parte de la unidad élite de las Fuerzas Especiales, pero decidimos dejarlo. Estamos aquí con la meta de llegar al norte”, dijo Abel, uno de los exmilitares en la ruta a Estados Unidos.

    Abel dice que ha sido un trayecto duro, pero que su condición física les permitió sobrevivir a lo largo del camino. “Sacamos la garra para cruzar y llegar a Tenosique, caminamos como 60 kilómetros desde las tres de la mañana de un sábado hasta las tres de la mañana de un domingo y llegamos a la Casa del Migrante. La experiencia fue dura, pero estoy adaptado a soportar calor, hostigamiento y desesperación, que aprendí en el Ejército. Ese adiestramiento fue bueno y lo pongo en práctica para sobrevivir”, explicó.

    Oportunidad

    Buscan los tres exsoldados para trabajar en México o Estados Unidos, pues no comparten lo que pasa en Honduras.

    La odisea.

    Los otros dos exmilitares están junto con Abel, que se nota enseguida es el líder del trío. En esas 24 horas de trayecto, los exmiembros de Fuerzas Especiales nos cuentan cómo libraron la Migra, cómo sortearon las montañas y cómo se las ingenieron para comer cuando el hambre apretaba.

    “Migración nos seguía, nos quería hacer como una emboscada y nos tocó rodearlos, prácticamente nos tocó montarles una contrainteligencia a ellos porque no debían detectarnos. Fueron tres las ocasiones en que nos siguieron y no nos pudieron agarrar.

    Viaje.
    10 de junio 2019: Iniciaron la travesía los tres exmiembros de las Fuerzas Especiales de las Fuerzas Armadas de Honduras.

    Cuando eran las cuatro de la tarde del sábado vimos un animal que bajaba de un árbol: era un garrobo. Busqué capturarlo para comer, ya que llevábamos casi un día sin ingerir bocado y el garrobo pintaba para ser nuestro desayuno y cena. Lo agarramos y lo maté con mis manos. Le mordí la garganta, era la manera de romper el cuero del animal. Con los dientes lo pelamos y le cortamos las extremidades. Después, encendimos el fuego y lo asamos, ese fue el platillo del día. El garrobo lo compartimos con otras personas que venían siguiéndonos en el camino, eran mujeres y niños. Al principio no querían comer, pero cuando el hambre aprieta cualquier cosa es buena. Esa fue la sobrevivencia que practicamos en la ruta migratoria, donde se come lo que sea, eso es lo que ponemos en práctica adonde quiera que vamos”, relató el exmilitar.

    En medio de la montaña, el garrobo fue el alimento que les dio las fuerzas para continuar y llegar al siguiente día al albergue La 72. Allí, Abel, Luis y Miguel planifican sus próximos pasos para cumplir la meta de cruzar y llegar a Estados Unidos.

    Próximos pasos.

    “Hay mucha gente que me pide que arme un grupo de migrantes para que los guiemos en el camino. Quizá por la preparación militar les generamos confianza y nos buscan para que si en el camino nos salen las autoridades los guiemos para que no nos agarren, por eso quizá quieren que nos organicemos. Lo estamos analizando, puesto que medimos las oportunidades que podemos tener para avanzar o si al final concluimos que es mejor quedarnos en Tenosique”, relató Abel.

    Los tres exsoldados siguen en el albergue. Ellos son parte del equipo de seguridad de la casa por ahora.

    Se han ganado la confianza de la gente, a ellos les consultan, les piden opinión; pero también se convierten en los líderes de los hondureños que esperan una oportunidad para que el trío de exsoldados los lleve a puerto seguro.