Tela, un destino que atrae a miles de extranjeros y nacionales todos los años, incorporó a su oferta turística un espectacular campo de golf en 2014, en esta Semana Santa le sumará una nueva franja de playa de arena blanca y en los próximos meses dará la mayor sorpresa qué dejará estupefactos a los amantes en todo el mundo de la vida subacuática.
En mayo próximo abrirá las puertas un laboratorio marino en el complejo Honduras Shores Plantation, situado en el norte de este municipio, que, de inmediato, comenzará a recibir estudiantes y científicos de importantes universidades, como Stanford, Harvard (Estados Unidos) y Oxford (Reino Unido).
El laboratorio será un pequeño edificio, pero una gran ventana que les permitirá a los científicos conocer, apreciar y descubrir el tesoro natural que guarda en sus entrañas el mar teleño: el arrecife coralino más nutrido del Caribe.
Después de la Great Barrier Reef (Gran Barrera de Coral) de Australia, el Sistema Arrecifal Mesoamericano, el cual serpentea unos mil kilómetros de las costas de México, Belice, Guatemala y Honduras, es el segundo más grande del mundo. Los arrecifes de coral, llamados también selvas de mar, conforman un ecosistema que hospeda una diversidad de especies de animales marinos.
En la última década, el sistema mesoamericano ha sufrido un deterioro a causa de factores naturales (tormentas y huracanes) y acciones ejecutadas por el hombre (contaminación, pesca no sustentable). de acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
En 1983, una bacteria que salió a través de Bocas del Toro, Panamá, invadió el Caribe y causó la mortandad del erizo Diadema antillarum (erizo de púas largas), un herbívoro que consume las algas que envuelven y asfixian los corales.
La extinción del erizo protector desencadenó el deterioro del Sistema Arrecifal Mesoamericano.
“En un año murió el 99.8% de los erizos, empezó a crecer el alga y comenzó a sofocar el coral, por eso, en los últimos 20 años, se perdió el 50% el coral de todo El Caribe. Lo extraño es que en Tela no se murió el erizo Diadema antillarum y el coral es más abundante”, dijo Antal Börcsök, director del Centro de Investigación Marino de Tela.
Después de 2010, científicos, según Börcsök, lograron establecer que “en un metro cuadrado de arrecife en el Caribe hay un 22% de coral saludable (en promedio es de 18%). Mientras en Roatán hay un 24% y aquí, en Tela, un 70%”.
El hallazgo motivó al centro de investigación a establecer una alianza con Operación Wallacea, una red de académicos europeas y norteamericanas, para que estudiantes y científicos practiquen buceo y realicen sus exploraciones, cuyas tesis publicarán en revistas especializadas.
A diferencia de Islas de la Bahía, adonde los turistas pueden bucear la mayor parte del año, en el mar de Tela solamente de abril a octubre, cuando no hay lluvias. El agua de los ríos Ulúa y Leán reduce la visibilidad.
Borcsök cree que, por ahora, el buceo estará limitado a las personas que realizan actividades científicas porque en Tela, para ver el arrecife hay que viajar en barco 15 minutos. Mientras, “en Roatán está a 30 segundos” desde la playa.
El centro de investigación y otras organizaciones esperan que el Congreso decrete las 111,000 hectáreas de mar en parque marino para reglamentar las actividades humanas en toda esa zona y proteger el arrecife.