Arqueólogos y físicos de Universidad de Nagoya, Japón, comenzarán a desentrañar los secretos que guardan algunos templos mayas de la acrópolis de Copán con la misma tecnología que ellos utilizaron en las pirámides de Egipto.
La semana próxima, en alianza con el Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH), estos expertos instalarán escáneres o detectores de muones en los antiguos Templo 8 y Templo 11 con los cuales buscan revelar las estructuras subterráneas y obtener nueva información sobre la fundación de Copán fechada alrededor de 426 y 427 después de Cristo (d.C.).
Las partículas de muones llegan permanentemente a la Tierra con una velocidad cercana a la de la luz y un flujo alrededor de 10,000 por metro cuadrado por minuto. Se originan a partir de las interacciones de los rayos cósmicos creados en el universo con los átomos de la atmósfera superior. De manera similar a los rayos X pueden penetrar cuerpos y permiten la formación de imágenes.
El japonés Seiichi Nakamura, uno de los arqueólogos que más investigaciones ha realizado en Copán y de los más destacados en el mundo maya, en entrevista exclusiva con La Prensa indicó que los físicos de Universidad de Nagoya realizaron un experimento preliminar entre 2018 y 2019 y ahora regresan a hacer una investigación definitiva.
“En la arqueología maya, incluyendo la arqueología de Copán, las estructuras están superpuestas, una con otras, encima (...). Anteriormente, la única manera de investigar la acrópolis de Copán, era con túneles. De la de década de 1970 a 1980 hasta la década de 1990 hicieron bastantes túneles.
Nadie sabe una longitud exacta de cuántos kilómetros hicieron, pero dicen que es de entre 4 a 5 kilómetros de longitud. Hacer túneles está muy bien, con ellos hicieron grandes descubrimientos, como tumbas reales, edificaciones excelentes como Rosalila, Margarita y otros, pero al momento de la conservación nos trae grandes retos y tareas y también cuesta mucho dinero para rellenar los túneles”, dice.
Nakamura, también director del Centro de Investigación de Estudios Arqueológicos de Próxima Generación de la Universidad de Komatsu, Japón, dice que “ahora, treinta años después, los arqueólogos deben pensar en una metodología de investigación más sostenible y no destructiva. Una de esas metodologías es la tomografía de muones”.
“Muón es una partícula que se genera cuando los rayos cósmicos chocan con la atmosfera de la tierra. Son partículas pequeñas que nosotros no podemos ver. Caen por todos lados de la tierra. Esa partícula tiene un poder de penetración no solamente en los materiales duros, sino hasta en volcanes, penetra volcanes, pirámides (...)”, explica.
El arqueólogo destaca que, “en 2017, en la pirámide de Guiza de Egipto, los físicos hicieron el experimento de hacer tomografías utilizando esas partículas y descubrieron un espacio desconocido hasta ahora y ese descubrimiento generó mucho interés entre los arqueólogos del mundo y comenzaron a aplicarla como una posible metodología sostenible”.
Con esta tecnología, los físicos y arqueólogos esperan confirmar o encontrar dentro del Templo 11 dos tumbas reales del octavo y el décimo quinto gobernante de Copán que evidencias históricas y arqueológicas sugieren que se encuentran en el interior. No descartan hallazgos de estelas, altares y escalones jeroglíficos.
El Templo 11, reconocido poque al pie se halla la Cabeza de Bacab, es una pirámide que está en el corazón de la acrópolis, al suroeste de Juego de Pelota y de la Escalinata de los Jeroglíficos, reconocidos por los hondureños porque se encuentran impresos en la parte reversa del billete de un lempira. Mientras, el Templo 8 está a pocos metros, al oeste del Templo 11.
Nakamura explica que los físicos “van a traer películas especiales, placas, las van a armar y dejar instalados (los detectores de muones) y dos meses después regresarán a Copán a sacar las películas de túneles o pozos y las llevarán a Japón para analizar con equipo que ellos inventaron y para leer la dirección de esos muones que caen”.
Colocarán los escáneres de partículas
Siguiendo su propia metodología, los científicos de la Universidad de Nagoya colocarán los escáneres de partículas en puntos estratégicos (llamados técnicamente pozos) de los templos a estudiar y posteriormente con datos sobre los muones detectados crearán imágenes tridimensionales que mostrarán las características internas de las estructuras.
Según Nakamura, si es posible entre 2025 o 2026, otros científicos de otras universidades podrían realizar similares investigaciones en Copán usando la misma tecnología con metodología diferente como ha ocurrido en otros sitios arqueológicos en otras partes del mundo, como en México.
En 2017, el proyecto ScanPyramids usó la tomografía de muones para descubrir una gran cavidad oculta, conocida como el “Gran Vacío” en la Gran Pirámide de Guiza (Pirámide de Keops) de Egipto y en los últimos años la utilizaron los científicos de Estados Unidos en México, para explorar el interior del templo de Kukulkán de Chichén Itzá.
El Ministerio de Antigüedades de Egipto lanzó el 25 de octubre de 2015 la misión ScanPyramids dirigida por la Facultad de Ingeniería, Universidad de El Cairo y el HIP Institute, con la participación de otras instituciones entre las cuales está la Universidad de Nagoya, la Organización de Investigación de Aceleradores de Alta Energía (Japón), la Comisión Francesa de Energías Alternativas y Energía Atómica y Universidad Laval (Canadá).