Hoy inicia oficialmente el período de propaganda electoral en Honduras, según el cronograma del Consejo Nacional Electoral (CNE) y la Ley Electoral.
Este período marca el comienzo de una intensa actividad mediática y pública por parte de los precandidatos, quienes buscarán captar la atención de los 5.8 millones de hondureños aptos para votar mediante pancartas, anuncios en redes sociales, spots televisivos, afiches y otros recursos publicitarios.
La presencia de propaganda es parte fundamental de cualquier democracia, según analistas consultados, ya que permite a los votantes conocer las propuestas y los planes de los precandidatos.
Sin embargo, en Honduras, este momento suele estar cargado de desafíos que afectan no solo la calidad de las campañas, sino también la percepción de los ciudadanos sobre el proceso electoral.
Esto, en consecuencia, no solo refleja una percepción generalizada de desilusión hacia la clase política, sino que también abre la puerta a fenómenos que erosionan aún más la legitimidad del proceso democrático, siendo la desinformación uno de los problemas más graves.
Un arma
En Honduras, la desinformación opera con impunidad porque no está regulada. Ningún ente electoral ha lanzado iniciativas para combatir este fenómeno, que puede ser usado tanto para atacar a políticos como para ser un arma utilizada por ellos mismos.
Los ejemplos de las elecciones de 2024 en otros países son un espejo para Honduras: en Estados Unidos, México y Venezuela, por ejemplo, la desinformación ha demostrado ser una herramienta poderosa.
“Hay que saber qué información consumir de lo que se publica en redes sociales y no creer todo lo que se dice”, expresó Ivonne Ardón, comisionada de la Unidad de Financiamiento, Transparencia y Fiscalización (UFTF).
Investigaciones de LA PRENSA revelan que al menos 10 cuentas, principalmente en TikTok y X, utilizan temas políticos para desinformar a los hondureños. Hasta la fecha, esta problemática persiste debido a la falta de leyes y regulaciones sobre las plataformas digitales.
El exconsejero del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Germán Lobo, subrayó la necesidad de que el CNE realice monitoreos constantes y tome medidas contra quienes divulguen desinformación y discursos de odio.
Por su parte, Javier Franco, experto en desinformación, sugirió la colaboración de las redes sociales para eliminar contenido falso y evitar su viralización.
“Deben implementar mecanismos de monitoreo continuo para detectar y contrarrestar estos mensajes, trabajando en conjunto con las plataformas digitales para eliminar contenido dañino”, señaló.
Según los expertos, la alfabetización mediática en el contexto hondureño, a pocas semanas de las elecciones primarias, es más relevante que nunca para mitigar los efectos de la desinformación.
Además de implementar regulaciones y sanciones contra la desinformación en Honduras, la educación mediática se plantea como un punto clave para combatir este fenómeno.
