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Preocupan las nuevas reglas entre Honduras y Nicaragua

  • 04 noviembre 2018 /

Con las medidas migratorias, el ingreso de turistas y corteros de café se volverá más tedioso el paso por los puntos fronterizos.

    Tegucigalpa, Honduras

    Las medidas migratorias implementadas por Nicaragua para los ciudadanos hondureños han influido negativamente en cientos de estudiantes y personas que buscan atención médica en el vecino país.

    Se estima que a diario más de 200 personas transitan por el paso migratorio siendo en su mayoría estudiantes, comerciantes y enfermos, cifra que ha disminuido considerablemente debido a las restricciones establecidas.

    Ante esta situación, el Gobierno de Honduras notificó este viernes a Managua que aplicará el principio de reciprocidad a los nicaragüenses que ingresen en el país.

    Con esta medida, el ingreso de turistas y corteros de café se volverá más tedioso el paso por los puntos fronterizos, en especial por Las Manos, ya que es el principal punto de ingreso para quienes cortan el aromático en el sector suroriental, afirmaron productores.

    Anualmente más de 30,000 nicaragüenses ingresan al país durante el corte de café, el cual comienza en noviembre y finaliza en febrero, aproximadamente.

    Nelson Palacios, dirigente de los Cafetaleros Independientes de El Paraíso, dijo que esta medida se convierte en un gasto más para el productor.

    “Es importante aclarar que siempre hemos tenido que reportar en Migración a las personas que traemos de otro país para que trabajen en las fincas; pero ahora estos ciudadanos van a tener que demorarse siete días más para poder llegar, y eso retrasará el trabajo que puedan realizar”, dijo el empresario. El comercio también se ha visto afectado con la medida impuesta por Nicaragua y ahora por Honduras, ya que cientos de personas que cruzaban la frontera para vender sus productos ya no podrán hacerlo con la regularidad que antes.

    Se mantiene un registro de entre 100 y 150 nicaragüenses que ingresan a diario a tierras catrachas para vender sus productos, los cuales viajan hasta el norte del país.

    El transporte de carga es el único que parece no verse afectado con las medidas interpuestas por ambos países, ya que los conductores de las rastras desde hace muchos años están obligados a contar con un permiso para transitar por los países.

    Luis Manuel Ayestas, agente aduanero, explicó que el paso de las cargas no es un problema, pero no así las negociaciones entre los dueños de las mismas. “Muchas de las personas que pasan mercadería por la zona hacen negocios en ambos países y tener que sacar los permisos les podrá acarrear costos adicionales”, declaró Ayestas.