El director del Hospital Escuela no aguantó la presión de los asesores del Poder Ciudadano y tuvo que renunciar.
El doctor Julio Alberto Bourdeth Tosta no permitió que el asesor presidencial Marco Antonio Rosa impusiera a un cuñado suyo en el Hospital Escuela, y para evitar mayores problemas, prefiere dejar su cargo.
Este día, Bourdeth ha manifestado que no tenía el apoyo suficiente y que aún no puede ponerse “jáquima” para estar soportando presiones. La jáquima es la que usan los caballos cuando el jinete necesita que el animal cumpla sus órdenes a cabalidad.
El ahora ex director lamentó que hayan pasado seis directores en menos de un año en esa institución, en la que “parece que no encontramos los elementos para trabajar en orden”.
“Nos vedaron la potestad de hacer nombramientos por contrato, estábamos tratando de abrir espacio para que médicos que no tienen plaza fija, pudieran optar a plazas por contrato”, dijo Bourdeth.
“El asesor quiso dejar a su cuñado en uno de los contratos y eso no lo vemos con buenos ojos, porque la persona que él beneficia ya tiene una plaza, y cuando le proponíamos que pasara su cuñado al San Felipe, él se aferró y eso lo vimos como imposición”, aseguró.
Bourdeth indicó que no se deja imponer nada en esta vida. “Yo soy intibucano que no se le ha puesto jáquima todavía”.
Rosa pretendía que su cuñado Roberto Lacayo Bacca, que ya tiene plaza fija en el Hospital Siquiátrica, también tuviera otra plaza en el barrio las Crucitas, que depende del Hospital Escuela, y eso no lo aceptó Bourdeth.