16/12/2025
05:42 PM

Rapiditos, el peor servicio

La idea original del transporte rapidito, autorizado luego de una huelga del servicio urbano tradicional a principios de 1998, era que de un punto del centro de la ciudad los microbuses saldrían hacia los barrios y colonias periféricas, sin escalas intermedias.
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La idea original del transporte rapidito, autorizado luego de una huelga del servicio urbano tradicional a principios de 1998, era que de un punto del centro de la ciudad los microbuses saldrían hacia los barrios y colonias periféricas, sin escalas intermedias.

Aunque al principio el servicio, poco ortodoxo, no estaba aprobado oficialmente, sus promotores se las arreglaron para lograr el reconocimiento de las autoridades de la Secretaría de Obras Públicas, Transporte y Vivienda, Soptravi. La idea original fue desnaturalizada desde sus inicios, ahora los rapiditos recorren las mismas rutas de los buses grandes y los motoristas hacen escalas en cualquier punto, sea parada autorizada o no; basta con que una persona les haga la señal.

Concepción

Cuando fueron autorizados mediante decreto especial, las autoridades advirtieron a sus dueños que sería un transporte veloz, con salidas y llegadas más frecuentes y menos escalas en su recorrido.

Nada se ha cumplido porque andar en rapidito es como subirse a un bus de 38 pasajeros, con la diferencia de que la tarifa es más alta y los riesgos de accidentes y asaltos son mucho mayores.

De hecho, ya circulan flotas de 'rapidotes', es decir, buses de gran capacidad con los cuales los socios maliciosamente han sustituido a las unidades grandes, también de su propiedad en muchos casos, con el fin de obtener más ganancias.

La tarifa de un bus de las rutas 1, 2, 4, 5, 7 y 35 es de cuatro lempiras en el casco urbano. Un viaje en rapidito, en cambio, cuesta 50 centavos más, casi nunca dan el cambio de cinco lempiras y los pasajeros viajan incómodos.

Por ejemplo, los microbuses de doce pasajeros han sido 'readaptados' para poder transportar hasta a 20.

¿Cómo hicieron? Movieron al revés el primer asiento trasero para colocar uno solo, justo a la espalda del conductor, donde 'embuten' hasta cinco personas.

En las demás plazas posteriores, donde sólo caben tres personas obligan a sentarse a cuatro.

Y como dos de los asientos son plegables, los pasajeros que por desgracia se sientan allí deben viajar con las posaderas 'al aire', en el hueco que dejan ambos asientos.

Cada año los transportistas hacen cambio de unidades.

Cada año los transportistas hacen cambio de unidades.

Nadie dice nada

Doña Gloria Espinoza, una mujer de edad madura y usuaria de los rapiditos que conducen a las colonias Las Colinas-López Arellano-Cascadas, municipio de Choloma, dijo que utilizaba el servicio porque debía llegar temprano a casa a raíz de que deja a sus hijos pequeños al cuidado del mayor, un varón de 12 años y éste 'realmente no los cuida'.

Refundida en el último asiento del microbús, Espinoza tuvo que esperar, encorvada por la altura de la unidad, a que se bajaran los pasajeros de los asientos plegables para poder abandonar la unidad en el punto llamado Sahara, frente a la López Arellano. Ella vive en una colonia contigua.

'Esto es lo que tenemos que soportar los pobres', me dijo antes de despedirse, mientras el cobrador, luego de abrir la puerta corrediza, le urgía a salir y chiflaba en la parada en busca de un pasajero sustituto. 'Va vacío, va vacío', gritaba, a pesar de que adentro no cabía una aguja.

Peligro

El pasaje de los rapiditos a esos sectores y puntos intermedios vale siete lempiras. La sociedad que posee la licencia de explotación de la ruta ha comprado buses de 25 y 30 pasajeros que corren a exceso de velocidad.

Por la noche no sólo los 25 espacios van ocupados, sino que aprovechan para llevar a otras 25 personas de pie.

En estas condiciones el peligro de volcar siempre está latente, ya que los buses se ladean peligrosamente al tomar las curvas por la gran cantidad de personas que transportan, sobrepasando su capacidad. Pese a que en la posta de peaje del bulevar del Norte siempre hay policías de Tránsito, a los buseros no los detienen, supuestamente por cierta deferencia.

Dejando atrás la López Arellano, las unidades dan tantas vueltas como un patinador de hielo por las colonias Las Cascadas y Cerro Verde. Nadie se queja.

Al contrario, el usuario Benjamín Sorto Canelas, aseguró que los rapiditos brindan un buen servicio.

La ventaja es que la flota no es propiedad de una sola persona, como ocurre con los buses urbanos grandes, sino que el capital está repartido, a grado tal de que si un empresario quiere poner a funcionar un rapidito en esta ruta sólo debe obtener la autorización de la Dirección Nacional de Transporte en Tegucigalpa, buscar un chofer y pagar 150 lempiras diarios a la empresa a la cual se afilie por el alquiler del corredor.

La tarifa diaria que debe entregar el motorista al dueño es de 700 lempiras libres, porque paga el diésel y al cobrador, pero si un microbús con los asientos readaptados transporta 17 pasajeros, 34 de ida y vuelta, y hace diez vueltas al día puede dejar ingresos de más de 800 lempiras diarios al motorista, un salario nada despreciable de más de 20 mil lempiras mensuales.

Este sector, jurisdicción de Choloma, es cubierto por más de 120 rapiditos de cuatro empresas: Emtrasecho, Etisla, Eticla y Cosetral, lo cual provoca que todos 'peleen ruta' y esto incomoda y pone en peligro la vida de sus ocupantes.

'Casi todos los rapiditos están redondos por los frecuentes accidentes en que se ven involucrados', dijo el profesor Adán Mendieta.

Las 'extras'

La música depende de la edad del motorista. Si es joven llevará en el radio reggaetón, bachata, quebradita y pop. Si es de edad madura escoge las baladas de moda y una que otra melodía del recuerdo. Lo cierto que muchos no tienen consideración por los pasajeros, gracias a los cuales subsisten.

Debido a que exceden el número de personas les apodan los

Debido a que exceden el número de personas les apodan los 'zocaditos'. A algunos viajeros les toca ponerse de pie para irle dando cupo a otros. El servicio es incómodo, pero preferido por su rapidez.

Así opinan

Algunos son amables; otros, déspotas. Lo que no me gusta es que no me devuelven los 50 centavos de cambio'.

Claudia Sander

Operaria de maquila

Son groseros, no muestran respeto por nadie y maltratan a los ancianos y a las mujeres embarazadas'.

Noel Meléndez

Albañil

Es pésimo el servicio que brindan, uno va casi encima de otro pasajero, paran donde quieren y no dan el cambio de 5 lempiras'.

Óscar Méndez

Guardia de seguridad

A veces, cuando quieren, lo tratan bien a uno, pero otros son vulgares y malcriados. Todos merecemos respeto'.

Mario Miranda

Estudiante

Siento miedo cada vez que me subo a una de esas unidades. No miden el peligro y me roban el cambio'.

Edwin Hato

Cocinero

Son bárbaros, los dueños deben capacitar a conductores y cobradores para que no se nos siga tratando mal'.

Raúl Idiáquez

Comerciante

Dato

Se estima que hay 1,200 rapiditos, entre urbanos e interurbanos.

Sobre el rubro

1. Fetraseh

Hay 55 empresas afiliadas a la Federación de Transporte de Servicio Especial de Honduras, Fetraseh, que tienen desde 1 hasta 125 rapiditos cada una. También hay otras asociaciones.

2. Vulnerables

Iniciaron el 2007 con una racha infortunada de accidentes. Por su tamaño y el exceso de velocidad al que se conducen cuando chocan dejan saldos trágicos de heridos y muertos.

3. Delincuencia

Han sido el blanco de los malvivientes. En sectores como la Rivera Hernández hasta han asesinado pasajeros en su afán de asaltarlos. En varias ocasiones han clamado por seguridad.

4. Ordenados

Debido a la saturación de unidades que hay en el centro de la ciudad, la Unidad Técnica de Transporte Urbano, Uttu, diseñó el Circuito Urbano de Transporte Público. Hay avances.