La tragedia que golpea a Japón está superando los destrozos causados por las bombas atómicas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki en 1945, según expertos que volvieron a calificar de “apocalíptica” la situación que vive el norte de la tercera potencia del mundo.
Al mortal terremoto que derivó en tsunami, emergencia nuclear, crisis económica y frecuentes réplicas, se le suma el creciente pánico en el que vive la población nipona que huye de la mortal radiación que se esparce y sigue emanando de la planta nuclear Fukushima.
Los niveles de las radiaciones son “extremadamente altas” según la Autoridad de Regulación Nuclear de Estados Unidos quien además detalló que “las dosis -de radiación- que podrían recibir pueden ser potencialmente letales en un breve período de tiempo”.
El presidente de ese organismo, Gregory Jaczko, ha dicho en una comisión parlamentaria que hay “altos niveles de radiación” alrededor del reactor, lo que complica el trabajo de los operarios que trabajan allí.
La temperatura en las piscinas de desechos nucleares de los reactores 4, 5 y 6 de la central de Fukushima es muy superior a lo permitido y llega en alguna ocasión a triplicar lo recomendado, informó la OIEA. “Según los expertos del OIEA, la temperatura en una piscina de combustible usado se mantiene por debajo de 25 grados en condiciones normales de funcionamiento”, explicó la agencia.
Esto contrasta con los datos que aporta el OIEA: en la piscina del reactor 4, los últimos datos que se han obtenido indican que el combustible nuclear estaría a 84 grados. En el caso de la piscina del reactor 5, la temperatura era de 62,7 grados y en el depósito del reactor 6 se habría alcanzado también a esa hora los 60 grados.
La policía de Tokio planea enfriar la piscina de desechos readiactivos por medio de camiones autobomba, según informa la agencia Kyodo.
A ponerse a salvo
Muchos periodistas han decidido abandonar Japón. Los hay veteranos de una docena de guerras, recién llegados de las revoluciones de Oriente Medio o quienes han cubierto cinco grandes terremotos y dos tsunamis. Pero nadie ha vivido una situación como la que está ocurriendo. La crisis nuclear en Japón parece seguir fuera de control. La radiación ni se ve ni se huele. Puede estar o no estar. Y es esa incertidumbre lo que ha hecho perder los nervios incluso a los más experimentados reporteros.
Mientras, Estados Unidos ordena a sus militares que no se acerquen a la central de Fukishima y la Unión Europea recomienda que se analicen los alimentos procedentes de Japón. Por otra parte, de los 800 empleados de la central que estaban intentando enfriar los reactores sólo quedan 50 héroes anónimos en una lucha titánica por paliar una tragedia que apunta ya a ser irreversible. Keijiro Matsushima, un superviviente de 82 años de Hiroshima dijo: “Esto es como la tercera bomba atómica sobre Japón. La diferencia es que esta vez lo hemos hecho nosotros mismos”.
Emergencia nuclear
Aunque el Organismo Internacional de Energía Atómica ha confirmado que los núcleos de los reactores 1, 2 y 3 de la central están dañados; la principal fuente de radiaciones ahora mismo está en el reactor 4, cuya piscina de residuos ha experimentado una bajada en el nivel de agua dejando al aire las barras de combustible usado, que son altamente contaminantes.
Estados Unidos pidió a sus ciudadanos que viven a menos de 80 kilómetros de la central que abandonen el área o eviten salir de casa; mientras Reino Unido, siguiendo el ejemplo de Francia, dijo a sus nacionales que deben plantearse la posibilidad de irse de Tokio, a 240 kilómetros de la planta de Fukushima I.
Descartan efectos a priori
Las autoridades centroamericanas descartaron ayer que la crisis nuclear de Japón pueda de momento afectar el medio ambiente o la salud de la región, aunque siguen atentas a la evolución de la situación para tomar las acciones pertinentes. En Honduras se descartó, al menos de momento, la posibilidad de que esa contaminación que se está generando en la planta japonesa y sus alrededores llegue y afecte al país dijo Jorge Flores, especialista en Seguridad Radiológica de la Dirección General de Energía del Ministerio de Recursos Naturales y Ambiente.
Factores como la distancia, la magnitud del accidente y las actividades de mitigación que llevan a cabo las autoridades japonesas permiten a los hondureños estar tranquilos, añadió.
Flores aseguró que el Ministerio se mantiene en contacto con la OIEA, del que Honduras es miembro, pero hasta ahora no han recibido ninguna notificación de riesgo potencial, resaltó.