La creación de cárceles de máxima seguridad para delitos mayores como el narcotráfico, crimen organizado, corrupción, enriquecimiento ilícito y lavado de activos, propuso ayer el diputado liberal José Azcona mediante un proyecto de ley.
El congresista está planteando la reforma de la Ley de Rehabilitación del Delincuente con el fin de establecer una reclusión más estricta, privando a los presidiarios de su derecho de libertad, comunicación y un régimen más estricto de visitas.
Según la reforma, se concederán visitas a los reclusos en dichas cárceles una vez por semana, con un máximo de una hora de duración y el recluso no podrá tener contacto físico con el visitante.
El derecho a las visitas puede ser restringido según el criterio del director o administrador del centro penal o por orden judicial. Las visitas no podrán ingresar con teléfonos celulares y cualquier otro aparato de comunicación inalámbrica ni de ningún tipo y se prohíbe el otorgamiento de permisos de salidas a los reclusos por cualquier motivo o circunstancia.
Azcona comentó que la legislación penal permite a los reclusos tener ciertas 'libertades' o 'beneficios' dentro de los centros penales.
Como los principales generadores de la delincuencia en Honduras son los narcotraficantes, los mareros, los robacarros y los corruptos, para ellos debe existir una reclusión más estricta.
La Constitución de la República garantiza el derecho a la vida por lo que es necesario tomar acciones para que la ciudadanía pueda tener todas sus libertades en igualdad de condiciones.
Hacinamiento
Penal sampedrano
El centro penal de San Pedro Sula aloja a unos tres mil reos, siendo una de las cárceles más abarrotadas del país.
Enfrentamientos
Las viejas y hacinadas cárceles hondureñas son escenario frecuente de enfrentamientos y crímenes entre bandas delictivas rivales.