Pérdidas que sobrepasan los tres millones de dólares al año reportan los productores independientes de banano en el valle de Sula.
Los productores independientes de banano, quienes fueron golpeados por Eta y Iota en 2020 y luego por Julia en 2022, buscaron que el Gobierno les sirviera de aval para obtener un préstamo con Israel de 42 millones de euros con el fin de rehabilitar y recuperar más de 2,500 hectáreas.
En noviembre del año pasado viajó a Israel una comisión, integrada por Edgar Oliva, presidente de la Asociación de Ganaderos y Agricultores de San Esteban, Olancho; Rafael Sarmiento, presidente de la comisión de agricultura y ganadería del Congreso Nacional; Ángel Acosta, viceministro de la Secretaría de Agricultura y Ganadería, y un representante de los productores de banano independientes para conocer las empresas agrícolas que harían los proyectos.
La compañía israelí Green 2000 iba a rehabilitar las fincas de banano en el valle de Sula.
Maynor Velásquez, gerente de la Asociación de Productores de Bananeros Nacionales (Aprobana), dijo a LA PRENSA que han tratado de tener acercamientos con el Gobierno, pero no ha sido posible.
Indicó que se apoyó con fondos de los sectores bananero y lechero para que la comisión viajara a Israel. “Se pagó, vinieron y sigue peor que como estaba antes. Israel había aprobado el financiamiento para todos los proyectos, lo que pasa que era entre los Gobiernos de Honduras e Israel, no directamente con los productores, ya que es una deuda soberana la que se contrae y no se pudo conseguir, el Gobierno no tiene interés”, lamentó Velásquez.
El ejecutivo dijo que la banca nacional no quiere dar créditos a los bananeros y que el préstamo que Israel haría a los productores independientes, siendo el Gobierno el aval, era de unos 42 millones de euros.
Producción
“Para el Gobierno ver los números de banano les parece que está bien, porque ven los números de las transnacionales, pero ellas tienen las utilidades por la comercialización, y nosotros solo somos productores, ellos están en una mejor situación y siguen exportando; pero el banano nacional, que es nuestro rubro, al Gobierno no le ha importado. Los productores no pidieron que les regalaran, sino que les ayudaran a que presentaran facilidades financieras para renovar las fincas. Solo en Santiago teníamos tres fincas con 250 hectáreas que se perdieron porque no concluyeron el bordo”, afirmó .
La producción de bananos antes de Eta y Iota era de 3,200 hectáreas, se perdieron 700.
“En Eta y Iota estaban inundadas, pasó el 2021 tratando de conseguir fondos, algunos los consiguieron, prepararon el suelo y en 2022 se comenzó a sembrar, y volvió a pasar lo mismo con Julia, y la banca nacional no quiere eso”, dijo.
El gerente de Aprobana explicó que por cada hectárea de banano se producían 2,500 cajas. Es decir, las pérdidas ascienden a más de 3.7 millones de dólares al año.Sandra Deras, empresaria del sector del banano, quien viajó a Israel, lamentó que no se haya quedado en nada, “el banano va a desaparecer”.
A Laura Suazo, titular de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), se le consultó sobre la reactivación de las fincas de banano y el viaje que se hizo a Oriente, y escuetamente respondió que “hay que ver cómo va toda esa propuesta, no es tan fácil como parece”.