La mayoría de los partidos políticos de Guatemala, incluyendo el oficialista Unidad Nacional de la Esperanza, UNE, reclamaron este lunes la renuncia del presidente del Congreso, Eduardo Meyer, tras destaparse un escándalo por el desvío de 11 millones de dólares.
Sin embargo, Meyer se adelantó a la petición de renuncia que harían los jefes parlamentarios de ocho de los trece partidos políticos representados en el Congreso, y se retiró con una licencia de dos meses.
La semana pasada Meyer denunció el traslado anómalo de unos 11 millones de dólares de los ahorros del Parlamento a una firma bursátil, hecho que provocó la reacción de las distintas fracciones legislativas, incluso de la gobernante Unidad Nacional de la Esperanza, UNE, que tomó distancia del diputado.
En declaraciones a medios locales, la jefe de bloque del Partido Patriota (PP, derecha), Roxana Baldetti, sostuvo que la decisión de solicitar la renuncia de Meyer se tomó la noche del domingo, durante una reunión que sostuvieron con los homológos de siete agrupaciones más.
El jefe de bancada de la UNE, Mario Taracena, afirmó que el retiro voluntario de Meyer es una demostración que el partido de gobierno no está en disposición de permitir acciones anómalas con los fondos públicos.'Pidió permiso para resolver su situación y posteriormente renunciar al Congreso', agregó Taracena.
Por su parte, el secretario general de la UNE, Juan Alfaro, explicó que la decisión se tomó el sábado durante una reunión del Comité Ejecutivo del partido para debatir sobre los estatutos del mismo.
Alfaro expuso que la suspensión tendrá efecto mientras Meyer solventa su situación respecto a la inversión no autorizada de los fondos.
El miércoles pasado, Meyer denunció públicamente la supuesta inversión anómala, de la que dijo que él no tenía conocimiento, situación que provocó el descontento de las diferentes bancadas parlamentarias que este lunes buscaban que renunciara al puesto.
El responsable de realizar la transacción habría sido el secretario privado de Meyer, Byron Sánchez, quien renunció al puesto una semana antes de que se hiciera público el problema y un día antes abandonó el país, supuestamente con destino a Estados Unidos.
El también diputado del PP Gudy Rivera sostuvo que se siente tranquilo con la decisión de Meyer, pues permitirá oxígenar un poco el ambiente en el Parlamento, pero afirmó que lo que su agrupación quería era que renunciara de una vez por todas.