19/04/2024
12:32 AM

Continuarán con labor social emprendida por el padre Quetglas

En horas del mediodía de ayer se trasladó el cuerpo del párroco hasta la cripta de la Basílica de Suyapa. Feligreses de varias partes del país llegaron a la ciudad para despedirse.

    Tegucigalpa, Honduras.

    Entre lágrimas, muestras y palabras de agradecimiento centenares de feligreses dieron ayer el último adiós al padre Antonio Quetglas.

    El religioso que se caracterizó por una amplia labor social en beneficio de los más necesitados falleció el lunes en su casa de habitación a causa de un paro resperatorio.

    Ayer a las 10:00 am, Monseñor Luis Solé ofició la misa de cuerpo presente la que concluyó como a las 11:30 am.

    Porteriormente, algunos amigos y colaboradores rindieron unas breves palabras de agradecimiento, entre ellas Ruth Marie Canahuati, directora de Captación de Audiencias de Grupo Opsa.

    La iglesia donde se ofició la misa de cuerpo presente estuvo completamente llena.
    Pasadas las 12:00 del mediodía el cuerpo del padre fue trasladado hasta la cripta de la Basílica de Suyapa, en donde fue despedido con llanto y aplausos.

    Su don de servicio no pasó desapercibido en todo el país por lo que algunos se movilizaron desde el interior de Honduras hasta la capital como signo de gratitud por el apoyo que recibieron del sacerdote.

    Este es el caso de don Miguel Hernández, quien viajó desde La Paz pese a tener pocos recurso quiso despedirse del padre Quetglas. Comentó que “él era muy servicial, a mi me ayudó con dos hijos los cuales tengo estudiando en San Pedro Sula gracias a él”.

    De esa misma forma, hay muchos más historias de personas que conocieron personalmente al sacerdote a quien recuerdan con mucho cariño.

    La cripta en donde descansan sus restos fue abarrotada por feligreses.
    Su trabajo altruista fue tan conocido que hasta quienes no tuvieron la oportunidad de compartir directamente con él llegaron a despedirse.

    Norma Sauceda es una capitalina que profesa la religión católica y asistió a la misa.

    Indicó que “no lo conocí personalmente pero he oído que hizo muchas obras en beneficio de la comunidad”.

    Agregó que los grupos juveniles de otras iglesias de la capital llegan hasta el templo Medalla Miligrosa para compartir con el párroco que se ganó el corazón de todos los hondureños.



    Obras seguirán

    El padre Quetglas nació en Santa Eugenia, España, en 1931. Después de muchos años de estudio y preparación se ordenó como sacerdote y en 1963 llegó a Honduras.

    En 1995 creó la Fundación Obras Sociales Vicentinas (Osovi) por medio de la cual se han realizado muchos proyectos.

    “Esta fue su segunda nación pero la primera nación en obras sociales”, manifestó Jesús Canahuati, miembro de la Junta Directiva de Osovi.

    Sostuvo que las obras sociales que hizo el padre Quetglas se mantendrán.



    Algunos de los proyectos que dejó son hogares para ancianos, niños, centros para alcohólicos, escuelas y clínicas.

    “Dejó todo muy organizado y hay una junta directiva que estamos a cargo de llevar las obras adelante y hacerlas crecer y que continúen”, expuso.

    También, en su honor se entrega en el país un premio que tiene dos finalidades: reconocer su trayectoria de servicio pastoral y humanitario e incentivar a otros a que tomen su legado. El padre Quetglas llegó a Honduras en 1963 desde entonces realizó una amplia labor que queda reflejada en sus obras y en los corazones de cada hondureño.