La tensión fue palpable en el Congreso Nacional, mientras afuera diversos sectores exigían más recursos para educación y salud, dentro del hemiciclo los diputados sentían la presión de un país que esperaba la aprobación del nuevo presupuesto, buscando equilibrar intereses y responder a las necesidades más urgentes de la población.
La sesión se prolongó hasta la madrugada, con discursos encendidos, denuncias de negociaciones de último minuto y un ambiente cargado de incertidumbre.
La notable ausencia de legisladores de las bancadas del Partido Liberal y, en mayor medida, del Partido Nacional, facilitó la aprobación del presupuesto impulsado por el oficialismo.
A pesar de las críticas, el presupuesto fue aprobado y su ejecución estará a cargo del Poder Ejecutivo, bajo la administración de la presidenta Xiomara Castro.
Parlamentarios de Libre aseguraron que se lograron acuerdos de alto nivel en el Congreso, incluyendo mayor apoyo al sector magisterial, a obreros, al sector construcción y a alcaldías. Aclararon que estos acuerdos no necesariamente implicaron un beneficio económico directo.
Para el oficialismo, se trata de un triunfo que garantizará el fortalecimiento de áreas clave como salud, educación e infraestructura.
Para la oposición, es un madrugón legislativo que dejó sin el análisis necesario la distribución de los fondos, mientras que diversos sectores de la sociedad civil continúan expresando sus reservas sobre el proceso y el contenido del presupuesto. Los diputados criticaron que el presupuesto se aprobara sin abrir espacio para sus propuestas, las cuales, aseguraban, buscaban atender sectores clave que el oficialismo había dejado en segundo plano.
Entre sus demandas estaba el aumento en la partida de medicamentos, fondos adicionales para la atención de enfermos renales y una mayor transferencia de recursos a las alcaldías.
También insistían en mejorar el presupuesto de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras y en garantizar que el incremento salarial para los maestros quedara explícitamente establecido.
Además, consideraban esencial que el financiamiento de elecciones generales estuviera claramente asignado en el Consejo Nacional Electoral, evitando futuras disputas. `
Inconformes
Tomás Zambrano, jefe de la bancada nacionalista, no ocultó su inconformidad tras aprobarse el presupuesto. Según él, su partido presentó varias propuestas y recomendaciones, pero todas fueron rechazadas por Libre.
Millones de lempiras es el Presupuesto General de la República aprobado durante la madrugada del miércoles en el Congreso Nacional.
“Ninguna propuesta que hicimos la aceptaron, por eso votamos en contra, Libre da la espalda al pueblo en la madrugada al aprobar este presupuesto. Llevaron al desgaste a muchos diputados, y al final, cada uno es responsable de su curul”, declaró, señalando que la falta de quórum en la votación no fue casualidad.
Según él, múltiples congresistas estuvieron ausentes, lo que, en su opinión, reflejaba un proceso apresurado.
Maribel Espinoza, diputada del Partido Liberal, expresó su preocupación ante la forma en que se aprobó el presupuesto, calificando la sesión de “madrugón” como un acto que despierta sospechas entre la gente.
“Ese Congreso que hoy es dirigido por quienes censuraban los madrugones del Partido Nacional, hoy nos damos cuenta que era un discurso demagógico porque hacen lo mismo”.
Hugo Maldonado, presidente del Comité de Derechos Humanos (Codeh), no tardó en criticar el proceso de aprobación del presupuesto. “Lo mismo de ayer es lo de hoy”, comentó, refiriéndose al hecho de que el presupuesto se aprobó sin respaldo de todas las bancadas.
Según Maldonado, tanto el Partido Nacional como el Liberal se ausentaron, dejando al oficialismo con el apoyo de otros diputados para asegurar la aprobación.
Maldonado calificó este escenario como “una jugada política y de compadrazgo” entre los tres partidos que dominan el Congreso, argumentando que tal acuerdo no solo carece de transparencia, sino que debilita la democracia.
Kathia Crivelli, congresista liberal, expresó su frustración con el desarrollo de la sesión, señalando que “poco a poco, los diputados se retiraron, y con una bancada tan débil como la nuestra, no pudimos ejercer la oposición como se debía”. Lo que más le dolió, dijo, fue que el verdadero perdedor en todo esto es el puebl.
“Exigíamos beneficios para la gente, pero no se tomaron en cuenta”, lamentó. La parlamentaria no dudó en cuestionar a diputados ausentes, recordándoles que, como representantes elegidos, su deber es presentarse en el Congreso para trabajar y defender los intereses de todos.
Fátima Mena, del Partido Salvador de Honduras, expresó su inconformidad.
“Se esperaba la dispensa para el segundo debate y que fuera aprobado por un tercero y único, pero ni siquiera contaban con el quórum; las bancadas del Partido Nacional y del Partido Liberal ya se habían retirado.
Sin embargo, lo impusieron, dejando un presupuesto reducido que afectó a sectores clave como los mecanismo de protección, pacientes renales, niñez y adolescencia”, señaló Mena.
La diputada destacó que esta situación parecía ser parte de una estrategia de negociación, donde algunos diputados, en lugar de trabajar, juegan con sus necesidades.