08/11/2024
12:00 PM

Ola de violencia en Sudáfrica dejó 56 muertos, situación está bajo control

La ola de violencia xenófoba que azota Sudáfrica desde el 11 de mayo causó un total de 56 muertos, declaró el lunes el ministro sudafricano de Seguridad, Charles Nqakula, precisando que ahora la situación está 'bajo control'.

    La ola de violencia xenófoba que azota Sudáfrica desde el 11 de mayo causó un total de 56 muertos, declaró el lunes el ministro sudafricano de Seguridad, Charles Nqakula, precisando que ahora la situación está 'bajo control'.

    'Hay 56 personas muertas, en muchos casos (como resultado de) actos criminales oportunistas', dijo Nqakula en una conferencia de prensa en la sede del gobierno, en Pretoria.'La violencia se aplacó (...) La situación está bajo control', añadió al precisar que la violencia también obligó a abandonar sus casas a más de 30,000 personas.

    El ministro hizo sus declaraciones después de una reunión del presidente sudafricano, Thabo Mbeki, con una comisión ministerial creada la semana pasada para investigar la oleada de violencia contra trabajadores inmigrantes extranjeros.

    El regreso a la calma 'no significa que no pueda haber brotes espontáneos de violencia o criminalidad', señaló por su parte el ministro de Información, Ronnie Kasrils, al subrayar que, en ese caso, 'las fuerzas del orden reaccionarán inmediatamente.

    El ministro de los Servicios Penitenciarios, Ngconde Balfour, añadió que 1,340 personas fueron detenidas desde el comienzo de la violencia, pese al problema de excesiva población carcelaria que tiene Sudáfrica.

    'Encontraré sitio para todo aquel que cometa un crimen en este país', prometió Balfour. Las organizaciones humanitarias han señalado más de 35,000 desplazados, la mayoría en la región de Johannesburgo, desde el comienzo de los ataques contra extranjeros, que azotaron los barrios pobres periféricos de la capital económica del país antes de extenderse a siete de las nueve provincias de Sudáfrica.

    El presidente Mbeki ordenó el pasado jueves el despliegue del ejército para reforzar a la policía en los barrios pobres de Johannesburgo y su periferia. Decenas de miles de inmigrantes, entre ellos más de 26,000 mozambiqueños, huyeron de Sudáfrica para volver a sus respectivos países.

    Muchos sudafricanos reprochan a los trabajadores extranjeros el robarles el empleo y contribuir a la criminalidad del país, la primera potencia económica de Africa pero con un índice de desempleo y miseria del 40%.