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Nueva raza de roya causará hambruna en zonas cafetaleras

  • 05 abril 2017 /

Las pérdidas en el departamento de Olancho superan las 3,000 manzanas, lo que se traduce en más de 120 millones de lempiras.

Juticalpa, Honduras.

Desesperados, endeudados y a la espera de un milagro están los productores de café de Olancho.

Allí atacó por primera vez la nueva raza de roya, una más agresiva, que tiene en emergencia al sector caficultor hondureño.

Comercio
El aromático hondureño llega a más de 150 países a nivel mundial, según datos del Instituto Hondureño del café.
Diario LA PRENSA fue el primero en exponer e informar del ataque del feroz hongo que logró romper las barreras de resistencia de las variedades Lempira, Parainema e Ihcafé-90, y que ha arrasado con fincas completas en Olancho. Esta semana, un equipo periodístico hizo un recorrido por los cafetales de la aldea Lirios de Jalán, ubicado a una hora y media de Juticalpa, y por el municipio de Campamento, Olancho.

Ahí se pudo constatar que aunque los daños de la nueva roya no impactarán en la economía nacional durante la cosecha 2016-2017, porque ya terminó el período de corte en la mayoría de las zonas, sí se verán reflejados en los próximos dos ciclos 2017-2018 y 2018-2019.

En los rostros de productores como Óscar Hernández, presidente de la junta local de los cafetaleros de la zona, se ve plasmada la angustia y el desconcierto de ver que el 90% de las ocho manzanas de café, que conforman su finca, fueron destruidas completamente por la agresiva enfermedad.

La mayoría de las plantas que conforman las fincas de Juticalpa, Olancho, presentan severos daños por la nueva roya.
Hernández contó que para esta época sus cafetales estaban reverdecidos y tenían retoños o granos verdes.

Pero este año no es así; las plantas están secas, la mayoría de las hojas se han desprendido y las ramas se quiebran fácilmente.

“Los palos no van a producir nada. Yo sacaba alrededor de 195 quintales anuales, lo que me generaba unos 390 mil lempiras (estimando un precio por quintal de L2,000), y para esta próxima cosecha, tal vez, produzca 40 quintales en total (L9,600)”, dijo preocupado.

El caficultor recordó que tiene problemas con el sistema bancario. Sus cafetales no tuvieron los rendimientos deseados y no producir, en la próxima cosecha, le impedirá poder cumplir con esos compromisos financieros adquiridos. “Como tengo problemas bancarios no tengo acceso a nuevos créditos para poder intentar reactivar los cafetales perdidos por la nueva roya”, apuntó.

Dijo que dependerá de un milagro para poder llevar el alimento a su hogar.



“De esos cafetales dependemos 13 personas. Vivimos con 60 lempiras diarios, pero este año no vamos a sacar ni para la comida. Me preocupa porque tengo una niña de dos meses de nacida y si se enferma, será imposible llevarla al doctor”, lamentó.

En esa misma comunicad vive, Orfilio Ávila, un humilde caficultor, cuyo núcleo familiar es de 35 personas, entre hijos, nueras y nietos. Declaró que se disponen a sembrar maíz y frijoles para poder subsistir durante la crisis que se avecina.

“Nosotros calculamos que de una finca nueva que tenemos es posible cultivar unos 24 quintales (L4,800), porque el 95% de nuestras plantas están infestadas con el hongo”, explicó.

La situación de 34 productores que residen en ese lugar es similar.

“Aquí habrá hambre. No hay fuentes de trabajo y no tenemos la capacidad para cultivar otros productos para comercializar porque se requiere invertir”, concluyó.

José Tejeda, presidente de la Asociación Nacional del Café (Anacafé) en Campamento, dijo que están sumamente preocupados, “todas las fincas en esta zona tienen un grado de afectación de mínimo 35%, y ese porcentaje puede aumentar si no se toman las medidas necesarias”, manifestó Tejeda.

En Olancho, la variedad más afectada ha sido la Lempira.

Los productores están preparando semilleros para resembrar los cafetales que se perdieron.
Pérdida de empleo

José Omar Pacheco, representante de los cafetaleros en Olancho, dijo que las pérdidas a nivel departamental superan las 3,000 manzanas, lo que se traduce en dinero a 120 millones de lempiras.

La reducción en el volumen de producción, para el ciclo 2016-2017, aún no se puede calcular porque el ataque de la roya no se ha podido controlar.

Pero sí se estima que con las fincas dañadas, actualmente, y que están inhabilitadas para producir en la siguiente cosecha se perderán cerca de 300,000 empleos.

“Las fincas que quedaron dañadas no van a producir y eso reduce la cantidad de cortadores que se van a contratar en la cosecha 2017-2018”, detalló.

No obstante, agregó que hay ejemplos en la zona, de cafetales que con buenos manejos y procesos han logrado resistir al hongo.

“Lo que se requiere son recursos para poder proveer al productor de insumos necesarios para combatir el ataque de la enfermedad. Requerimos de financiamientos blandos con tasas que los pequeños productores puedan pagar”, apuntó.

Explicó que llevan más de cinco años de no lograr cubrir los costos de producción por los efectos de las diferentes enfermedades que amenazan los cafetales y por el impacto del cambio climático.

LA PRENSA fue el primero en exponer el problema.
Impacto

Jorge Lanza, miembro de la junta directiva del Instituto Hondureño del Café (Ihcafé), dijo que el problema con la nueva raza de roya encontrada, es que ataca a todas las plantas que se creían resistentes y requiere de controles más estrictos.

“Se debe hacer un programa de fortalecimiento de las plantas para tratar de manejar con fungicidas y controlar la enfermedad. Si nos descuidamos vamos a tener serios problemas”, manifestó Lanza. Las autoridades del Ihcafé anunciaron, esta semana, que el nuevo hongo se ha expandido a las fincas de todo el país, convirtiéndose en una amenaza fuerte.

A escala nacional este rubro genera más de dos millones de empleos, y sostiene a unas 130,000 familias directamente, según datos del Ihcafé.

Las exportaciones del “grano de oro” representan ingresos en divisas similares a los 1,500 millones de dólares (35,550 millones de lempiras) anuales.