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Nora de Melgar deja un legado de entrega y vocación política

  • 01 octubre 2021 /

La primera alcaldesa de la capital murió después de varios años de permanecer enferma en su casa de habitación. Sus restos serán sepultados este día

Tegucigalpa, Honduras.

Un legado de humildad, apasionamiento y entrega sin condiciones dejó a su partido político la exalcaldesa capitalina Alba Nora Gúnera de Melgar Castro.

La lideresa nacionalista partió de este mundo la medianoche del jueves, tras varios años de permanecer postrada en su casa; de inmediato comenzaron a generarse múltiples reacciones de pesar y solidaridad de gente de todos los sectores.

Su hijo Juan Ramón Melgar informó que hoy habrá una misa de cuerpo presente en la iglesia de Suyapa y posteriormente los restos serán sepultados en Jardines de Paz Suyapa.

Dijo que su madre “nunca claudicó, no se dio por vencida” ante la enfermedad que la agobiaba. “Nos dejó un gran ejemplo, nos aconsejó que camináramos por el camino correcto”, afirmó.

Horas antes, la familia emitió un comunicado, el cual decía que “su alma, llamada por su creador, voló hacia los cielos acompañada por la santísima Virgen de Suyapa, patrona de los hondureños, y va en su viaje final encontrándose con nuestro adorado e inolvidable padre, Juan Alberto Melgar Castro”.

Una muestra del cariño a su partido fue cuando -aún enferma- pidió a sus allegados que la llevaran a votar en las últimas elecciones generales de 2017. “Voy a seguir siendo fiel a mi partido hasta que ya no pueda caminar”, había dicho en su momento. “Soy nacionalista de corazón, soy voto duro, de la vieja guardia, que ya no se da. En nuestra época éramos todo corazón, antes que ver qué íbamos a obtener, estaba el partido de por medio”, reflexionó críticamente.

En 1990 alcanzó la posición de alcaldesa capitalina, siendo la primera mujer en ocupar este cargo. Nativa de la aldea de Comalí, San Marcos de Colón, Choluteca (pueblo al que ayudó a pavimentar sus calles cuando fue primera dama), Nora de Melgar era la viuda del general Juan Alberto Melgar Castro, jefe de Estado (1975-1978).

Doña Nora heredó parte del liderazgo político del ex jefe de Estado, pero forjó el suyo. En 1989 fue la candidata a alcaldesa capitalina y se convirtió, a los 48 años, en la primera alcaldesa de la capital. Para las elecciones primarias de 1992, Nora de Melgar ganó las “internitas” de su partido, pero por una “mala jugada” fue relegada. Fue ahí donde ella lanzó su famosa frase: “Me traicionaron”. Al final quedó como candidata a la reelección en la comuna, pero la suerte no le favoreció. En 1996 se postuló nuevamente como precandidata presidencial, ganando la candidatura a Roberto Martínez Lozano, Jesús Flores, Mario Facussé y Elías Asfura. Ella se convirtió en la primera candidata presidencial.

En esas elecciones compitió por la Presidencia de la república con el liberal Carlos Roberto Flores Facussé. La lideresa obtuvo casi 850,000 votos de esas elecciones, con un 42.8% del apoyo del electorado hondureño.

Armando Calidonio, alcalde de San Pedro Sula, también se despidió a través de sus redes sociales: “La familia nacionalista la extrañará siempre, por su ejemplo de lucha, honradez y apoyo para todos nosotros”, expresó.