La brucelosis y la tuberculosis bovina continúan afectando al hato ganadero del país.
En el Valle de Sula aún no se tienen cifras de la incidencia, pero la Asociación de Ganaderos y Agricultores Sula (Agas) trabaja en un proyecto piloto de muestreo en 92 fincas con alrededor de 20 mil cabezas de ganado.
Así lo indica Héctor Alberto Ferreira, presidente de la Agas, durante una entrevista con LA PRENSA en la que expone las carencias del sector, la escasez de carne y el interés en aumentar el precio de litro de leche.
El mapeo con GPS es en las fincas. Se trata de la identificación de ganado. En pocas palabras es que cada vaca tenga su “cédula”. Atacamos el abigeato. Entramos en la globalización. Es uno de los requisitos para exportar ganado o sus productos al extranjero.
Con Oirsa (Organismo Internacional Regional de Sanidad Agropecuaria) ya estamos trabajando en el reglamento. Esperamos que sea aprobado a principios de junio. Lo ideal es que cada animal muestreado para diagnóstico sea trazado con sus dos aretes.
En la encuesta que hemos montado se han sumado 96 fincas. Solo de bovinos, un poco más de 20 mil cabezas de ganado y entre otros cerca de 12 mil cabezas. Comenzaremos con el ganado bovino.
Entre 2007 y 2008 hubo un programa de levantamiento de inventario en el cual se dijo que estábamos entre 1.5 y 1.6 millones de cabezas de ganado. Me atrevería a decir que andamos entre uno y 1.2 millones de cabezas. El 25% está en el Valle de Sula. Se ha dicho que están desapareciendo las fincas en el Valle de Sula, ¿qué opina?
En el país en general, sobre todo en la costa atlántica. En el Valle de Sula, la caña y la generación de energía con biomasa han atacado bastante a la ganadería. Es un tema de rentabilidad. De 96 productores, solo cuatro han entregado sus fincas para producción total de caña y biomasa; un 30% destinó parte de sus fincas a otras actividades, pero siguen teniendo ganado.
La ciudad ha crecido bastante. Tara, Campisa, todo eso eran fincas. La presión poblacional llegó al nivel de que no podemos tener fincas en San Pedro Sula. El 90% de los socios de la Agas vivimos en la ciudad y hemos tenido que emigrar a Santa Bárbara, La Lima y El Progreso para instalar las fincas.
Ha bajado. No ha sido como la producción de carne, pero se entregan cerca de 350 mil litros diarios a las plantas procesadoras; pero esto solo es un 20% de la producción nacional. Tenemos que fijarnos metas en tratar de formalizar a los productores y que haya competencia leal.
En la actualidad no podemos hablar de aumento de precio. Creo que al comparar el precio nacional con la media del precio mundial vemos que estamos muy bien pagados.
En este momento se debe tratar de repoblar el territorio nacional con ganado de leche y carne para abastecer los mercados y poner los ojos en el extranjero.
Guatemala paga mejores precios que Honduras, es cuestión de rentabilidad; además, los repastadores de ganado desaparecieron porque eran fincas bastante grandes y son fincas que ahora están produciendo palma.
La mayoría de ganado que va a Guatemala no se va para allá, sino que va de paso para México.
Tenemos que crecer, definitivamente tenemos que tener carne en la casa, pero esto no se hará ahorita, por lo menos en tres años.
Me atrevería a decir que damos unos 50 mil empleos directos y 200 mil indirectos.