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'No temo que me separen, no estoy aquí matriculado”

  • 08 abril 2013 /

El ministro de Seguridad, Pompeyo Bonilla, comparecerá mañana ante el pleno del Congreso Nacional.

El ministro de Seguridad, intervención internacional de la Policía y la posibilidad de facilitar un pacto entre las pandillas que operan en el país para reducir los altos niveles de criminalidad.

-¿A qué obedece la espiral de violencia que azota a los hondureños?

En estos días se está presentando una situación en la que ya estamos actuando. En diciembre, cuando se dio el sonado caso de que la Sala Constitucional iba declarar que no se podían llevar a cabo las pruebas de confianza nunca más en el país, se nos vino una avalancha (de asesinatos) para desacreditar procesos y con la intención de que la depuración y la transformación de la Policía no siguieran adelante.

-¿En este momento está ocurriendo lo mismo?

Tengo el equipo de análisis haciendo las investigaciones porque puede ser que el crimen organizado, con el ánimo de desacreditar a la Policía, haga una avalancha y malos policías que no quieren que se haga la depuración hagan sus acciones para desacreditar el trabajo que realiza la institución.

-¿El crimen organizado y el narcotráfico están detrás?

Si revisan los casos de los últimos días que han llevado otra vez a cifras de 20 y 22 homicidios diarios, podemos decir que es sicariato, son masacres, son acciones premeditadas. No es la delincuencia común o el pleito entre vecinos. Aquí el 50 y 60% de las acciones en los últimos días han sido por sicariato y podemos decir que es el crimen organizado.

-¿Ha fracasado la política de seguridad del Gobierno?

No, no ha fracasado el Gobierno. Aquí estamos construyendo. Por años se dejó abandonado el sistema de seguridad y fuimos pegando parches. Esto no es reciente. En 1993 y 1992 colapsó el sistema de investigación criminal y también se satanizó eso y se desmantelaron las oficinas de inteligencia del país cuando lo que debió hacerse era una ingeniería.

Sin embargo, los resultados no fueron los mejores y prueba de ello es la crisis que se logra poner en evidencia máxima en noviembre de 2011, cuando un grupo de la sociedad organizada, ante el clamor del pueblo, hace un llamado al Gobierno, a los poderes del Estado, para que se tomen acciones. Es allí donde se empieza a reaccionar, a dar leyes para venir a cambiar esta situación delictiva que nos está llevando prácticamente al precipicio.

-¿Cree que al final de este año se pueda reducir esa alta tasa de homicidios o es imposible?

No. A ello estamos encaminados y vamos a estar abajo de 80 homicidios por cada 100 mil habitantes. Es una meta. No queremos ser exagerados.

-Se dice que Honduras es un Estado fallido.

A los parámetros en que se establece un Estado fallido no hemos llegado. Sí estamos en el peligro de caer en esa situación. Es una obligación de todos levantar y mejorar las condiciones en todos los aspectos porque no solamente las instituciones estamos en una situación precaria; es la sociedad.
-¿Qué conexión hay entre depuración y violencia?

En los momentos en que se trae el tema de la depuración fuertemente a la opinión pública, se nos disparan los niveles de violencia, como si alguien no quisiera que se continuara ese proceso.

-¿Y ese alguien está dentro de la Policía?

Puede haber tentáculos dentro de la Policía, del crimen organizado, que no quieren perder a quienes han sido bastiones en las acciones contra la sociedad.

-¿Es posible una intervención internacional de la Policía?

He estado hablando con la organización Alianza, Paz y Justicia y si es necesario que haya intervención internacional, no la intervención en la parte operativa de la Policía, tiene que ser una intervención en la depuración y la transformación del sistema de seguridad y justicia.

-¿Lo ha dialogado con el Presidente?

Recientemente acaba de ser planteado por la Alianza por la Paz y la Justicia. En su momento se tomará en consideración en el Consejo de Seguridad, pero el planteamiento ya está hecho en el seno del Congreso Nacional y es donde pueden establecerse las comisiones del caso.

-¿Es factible lograr algo similar a lo que se hizo en El Salvador, una tregua entre pandillas?

En El Salvador no participa el Gobierno. Lo están manejado asociaciones civiles. Aquí también lo que se puede dar es el escenario para ir creando estas situaciones. Hay anuencia. Por eso estamos en el tema de prevención. Lo más importante es evitar que los jóvenes vayan a ser utilizados por estas pandillas.

-¿Frente a esta ola delictiva viene una acción contundente en las próximas horas?

Definitivamente. Por eso se desplazó el director de la Policía Nacional a San Pedro Sula para tomar las acciones del caso.

-Sobre su comparecencia en el Congreso ¿teme que lo destituyan?

No, de ninguna manera temo que me separen, pero si ese es el caso, siempre he dicho que no estoy aquí matriculado. Aquí tenemos un apostolado de servicio.

Creemos que hay que dar nuestra capacidad al servicio del pueblo. Estamos empeñados en eso y podemos decir que hemos cimentado las bases de lo que será la transformación policial.

-La DIECP envió 230 resoluciones en contra de policías. ¿Por qué solo se han aplicado 30?

Solo se han aplicado 25 porque no ha sido posible hacer todos esos procedimientos administrativos engorrosos y veo a personas que hay que hacerles ciertos procedimientos que andan en canales de televisión, pero están con reposo. Tiene que haber un compromiso de toda la sociedad y de quienes dan esas constancias médicas, que hasta cierto punto consideramos que son amañadas.