Son la atracción en las calles y no porque cargan vistosas mochilas, sino porque usan la falda del uniforme arriba de la rodilla.
Hace pocos años ingresar a clases con una minifalda era algo imposible, pues en el portón de la institución los consejeros, a los que algunos estudiantes llamaban verdugos, estaban alertas para regresarlas a casa. En las calles decenas de jovencitas de los diferentes colegios, en su mayoría privados, lucen sus piernas, a lo que ponen más atención los transeúntes que los padres de familia o las autoridades educativas.
En el popular José Trinidad Reyes, el director José Carballo, ha sabido controlar esta situación modificando el uso del uniforme.
Reina Rodríguez, coordinadora interinstitucional de la Departamental de Educación, considera que el uso adecuado del uniforme es una responsabilidad de docentes y padres de familia.
'En los centros educativos se debe supervisar el uso, hay un reglamento que así lo establece.
Hay un descuido de parte de los responsables. Como docentes vale la pena reflexionar para ayudar y retomar las tareas pues no se está prestando atención a estos detalles', señaló Rodríguez.
